Además ese mi lugar está rodeado
por un río llamado Mariño, pero que los runas de otros tiempos nombraban “Amancay-mayu”,
que baja de una alta laguna llamada Rontoccocha,
porque tiene la forma de un huevo y por el lugar donde nace el sol; y, de otro
muy grande y caudaloso que nos llega de las grandes y lejanas punas de la provincia de los aymaraes, que en
tiempos de los incas se le llamaba Aukapanamayu
que significa el “río de la hermana rebelde”, pero que ahora lo llaman
Pachachaca, porque antes de la llegada de los españoles, las inmediaciones del
antiguo puente incaico de pacpas y
criznejas se llamaba “Pachakchacra”
(cien chacras). Este río pone fin al valle, separando hombres, pueblos y
costumbres, para finalmente confundir sus aguas en el caudaloso y rugiente río
Apurímac (El poderoso que habla).
De los
libros aprendí que mi valle no era el único, ni mi río Pachachaca, pues desde
que en la era Cenozoica las placas tectónicas de Cocos, Nazca y la Antártica, levantaron
la cordillera de los andes, se definieron en mi departamento tres enorme ríos,
uno que se llama río Pampas que tiene su origen en laguna Choclococha que está
ubicada entre los distritos de Santa Ana y Pilpichaca de las provincias de
Castrovirreyna y Huaytara del departamento de Huancavelica y que pasando por el
departamento de Ayacucho desemboca sus aguas en el río Apurímac.
Otro que es mi río Pachachaca,
que nace en el cerro Chucchurana, con el nombre de río Collpa, y que más
adelante se llama río Cotaruse hasta confluir con el río Aparaya, desde donde
toma el nombre de río Chalhuanca, hasta unirse en el paraje llamado Sutcunga
con el río Antabamba que arribando por su margen derecha lo bautiza con el
nombre de río Pachachaca, denominación que conserva hasta que hunde sus aguas en
el gran río Apurímac.
El gran río Apurímac que naciendo
en el Nevado Mismi de la cordillera de los andes que atraviesa Arequipa y
Cusco, recorre las regiones de Cusco, Apurímac y Ayacucho, para después de
mesclar sus aguas con el rio Mantaro que viene desde Junín llamarse río Ene y
este nuevo torrente luego de juntarse con el río Perené forman el río Tambo y
este al unirse con el río Urubamba dar lugar al nacimiento del río Ucayali que
sumando sus aguas al río Marañón forman el gran río Amazonas, el más largo y
caudaloso del mundo.
De este poderoso río Apurímac el
Inca Garcilaso de la Vega, decía:
“Es
el mayor río que hay en el Perú; los indios le llaman Apurímac; quiere decir:
el principal, o el capitán que habla, que el nombre apu tiene ambas
significaciones, que comprende los principales de la paz y los de la guerra.
También le dan otro nombre, por ensalzarle más, que es Cápac Mayu: mayu quiere
decir río; Cápac es renombre que daban a sus Reyes; diéronselo a este río por
decir que era el príncipe de todos los ríos del mundo”. (Comentarios
Reales de los Incas)
De este
salvaje río, el gran peruano José de la Riva Agüero, en su centenaria obra:
“Paisajes Peruanos”, dijo:
“La
cuesta es empinadísima, entre rocas y achaparradas malezas. A medida que
avanzamos, se espesa el aire, aumenta el bochorno, y descubrimos lajas
enhiestas, lisas como murallas, que se abren hendidas por un tajo soberbio.
Diríase que descendemos a la cripta de un rey sobrehumano. Aún no oímos la
corriente. De pronto, en una revuelta del camino, un fragor indecible nos
asorda; y entre obscuros y desmesurados bastiones, graníticos y calcáreos,
relumbra el Apurímac, a modo de una grande espada curva. A veces el clamor
remeda el rugir de una fiera herida; otras, repercutiendo en las quiebras
peñascosas, imita el redoblar de los tambores o el rodar incesante de
innumerables máquinas de guerra. En este momento acuden a mi memoria versos de
Manuel Adolfo García, que leí en mi niñez. Dicen:
……..las
juguetonas
sirenas
del Apurímac.
¡Cómo
ignoraron y falsearon nuestros románticos la verdadera fisonomía del paisaje
peruano! Este foso de piedra profundísimo, en el que hierve el caudal espumante
de las aguas, a nadie puede ofrecerle imágenes de juego y de blandura: es un
cuadro de salvaje belleza, de exaltación siniestra, suscitador de un sombrío frenesí.”
Los
antiguos moradores de esta región debieron construir un sinnúmero de puentes colgantes para pasar ellos, sus animales y el fruto de sus cosechas sobre las torrentosas aguas de los ríos Apurímac,
Pachachaca y Pampas y para ello tuvieron que fabricar una infinidad de cuerdas y maromas a base de cabuya y
paja, que en su idioma nativo se llama “q'eswa”
o soga torcida, y por extensión a los torcedores de estas sogas les llamaron: “q'eswas” y de allí nos nació el
gentilicio de los “Quechuas”, que fue el pueblo originario sobre el que se
fundó y construyó el imperio de los incas, y la lengua de estos “quechuas”, que
poblaron los valles y las punas ubicadas entre el río Apurímac y el río Pampas,
pasó a ser el idioma oficial del Tahuantinsuyo.
De otros
libros aprendí que la historia de este
país nunca dejará de parecerse a una fábula, porque las crónicas de esos
tiempos dicen que Francisco Pizarro junto a más o menos 180 españoles y 39
caballos, también españoles, conquistaron el Tahuantinsuyo, apresaron al Inca
Atahualpa, que a pesar de haber pagado mucho oro para que lo dejaran vivo, igual
nomás lo mataron el día 26 de julio de 1533 en la Plaza de Cajamarca, acusado
de asesinar a su hermano Huáscar. A los que llegaron después para asegurar la
conquista y ser parte de la administración colonial, les encomendaron las
tierras y las almas de los indígenas, para que con sus cuerpos hicieran lo que
les viniera en gana.
Río Mariño, llamado antiguamente "Amancaymatu"
(Foto: Ciro Víctor Palomino Dongo)
Río Pachachaca, llamado en tiempo de los incas "Aukapanamayu" o
"Río de la hermanda rebelde (Foto: Ciro Víctor Palomino Dongo)
Río Apurímac (Foto: Ciro Víctor Palomino Dongo)
Río Pampas pasando por Chincheros (Foto Internet)
Excelente nota, rebuscas en tus memorias y quedamos atrapados en el tiempo.....saludos Ciro...gracias...¡¡
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