jueves, 6 de junio de 2019

EL TIEMPO DE OTRO TIEMPO (2)

Además ese mi lugar está rodeado por un río llamado Mariño, pero que los runas de otros tiempos nombraban “Amancay-mayu”, que baja de una alta laguna llamada Rontoccocha, porque tiene la forma de un huevo y por el lugar donde nace el sol; y, de otro muy grande y caudaloso que nos llega de las grandes y lejanas punas de la provincia de los aymaraes, que en tiempos de los incas se le llamaba Aukapanamayu que significa el “río de la hermana rebelde”, pero que ahora lo llaman Pachachaca, porque antes de la llegada de los españoles, las inmediaciones del antiguo puente incaico de pacpas y criznejas se llamaba “Pachakchacra” (cien chacras). Este río pone fin al valle, separando hombres, pueblos y costumbres, para finalmente confundir sus aguas en el caudaloso y rugiente río Apurímac (El poderoso que habla).

            De los libros aprendí que mi valle no era el único, ni mi río Pachachaca, pues desde que en la era Cenozoica las placas tectónicas de Cocos, Nazca y la Antártica, levantaron la cordillera de los andes, se definieron en mi departamento tres enorme ríos, uno que se llama río Pampas que tiene su origen en laguna Choclococha que está ubicada entre los distritos de Santa Ana y Pilpichaca de las provincias de Castrovirreyna y Huaytara del departamento de Huancavelica y que pasando por el departamento de Ayacucho desemboca sus aguas en el río Apurímac.

Otro que es mi río Pachachaca, que nace en el cerro Chucchurana, con el nombre de río Collpa, y que más adelante se llama río Cotaruse hasta confluir con el río Aparaya, desde donde toma el nombre de río Chalhuanca, hasta unirse en el paraje llamado Sutcunga con el río Antabamba que arribando por su margen derecha lo bautiza con el nombre de río Pachachaca, denominación que conserva hasta que hunde sus aguas en el gran río Apurímac.

El gran río Apurímac que naciendo en el Nevado Mismi de la cordillera de los andes que atraviesa Arequipa y Cusco, recorre las regiones de Cusco, Apurímac y Ayacucho, para después de mesclar sus aguas con el rio Mantaro que viene desde Junín llamarse río Ene y este nuevo torrente luego de juntarse con el río Perené forman el río Tambo y este al unirse con el río Urubamba dar lugar al nacimiento del río Ucayali que sumando sus aguas al río Marañón forman el gran río Amazonas, el más largo y caudaloso del mundo.

De este poderoso río Apurímac el Inca Garcilaso de la Vega, decía:

“Es el mayor río que hay en el Perú; los indios le llaman Apurímac; quiere decir: el principal, o el capitán que habla, que el nombre apu tiene ambas significaciones, que comprende los principales de la paz y los de la guerra. También le dan otro nombre, por ensalzarle más, que es Cápac Mayu: mayu quiere decir río; Cápac es renombre que daban a sus Reyes; diéronselo a este río por decir que era el príncipe de todos los ríos del mundo”. (Comentarios Reales de los Incas)

            De este salvaje río, el gran peruano José de la Riva Agüero, en su centenaria obra: “Paisajes Peruanos”, dijo:

“La cuesta es empinadísima, entre rocas y achaparradas malezas. A medida que avanzamos, se espesa el aire, aumenta el bochorno, y descubrimos lajas enhiestas, lisas como murallas, que se abren hendidas por un tajo soberbio. Diríase que descendemos a la cripta de un rey sobrehumano. Aún no oímos la corriente. De pronto, en una revuelta del camino, un fragor indecible nos asorda; y entre obscuros y desmesurados bastiones, graníticos y calcáreos, relumbra el Apurímac, a modo de una grande espada curva. A veces el clamor remeda el rugir de una fiera herida; otras, repercutiendo en las quiebras peñascosas, imita el redoblar de los tambores o el rodar incesante de innumerables máquinas de guerra. En este momento acuden a mi memoria versos de Manuel Adolfo García, que leí en mi niñez. Dicen:

……..las juguetonas
sirenas del Apurímac.

¡Cómo ignoraron y falsearon nuestros románticos la verdadera fisonomía del paisaje peruano! Este foso de piedra profundísimo, en el que hierve el caudal espumante de las aguas, a nadie puede ofrecerle imágenes de juego y de blandura: es un cuadro de salvaje belleza, de exaltación siniestra, suscitador de un sombrío frenesí.”

            Los antiguos moradores de esta región debieron construir un sinnúmero de puentes colgantes para pasar ellos, sus animales y el fruto de sus cosechas sobre las torrentosas aguas de los ríos Apurímac, Pachachaca y Pampas y para ello tuvieron que fabricar una infinidad de cuerdas y maromas a base de cabuya y paja, que en su idioma nativo se llama “q'eswa” o soga torcida, y por extensión a los torcedores de estas sogas les llamaron: “q'eswas” y de allí nos nació el gentilicio de los “Quechuas”, que fue el pueblo originario sobre el que se fundó y construyó el imperio de los incas, y la lengua de estos “quechuas”, que poblaron los valles y las punas ubicadas entre el río Apurímac y el río Pampas, pasó a ser el idioma oficial del Tahuantinsuyo.

            De otros libros aprendí que la historia de este país nunca dejará de parecerse a una fábula, porque las crónicas de esos tiempos dicen que Francisco Pizarro junto a más o menos 180 españoles y 39 caballos, también españoles, conquistaron el Tahuantinsuyo, apresaron al Inca Atahualpa, que a pesar de haber pagado mucho oro para que lo dejaran vivo, igual nomás lo mataron el día 26 de julio de 1533 en la Plaza de Cajamarca, acusado de asesinar a su hermano Huáscar. A los que llegaron después para asegurar la conquista y ser parte de la administración colonial, les encomendaron las tierras y las almas de los indígenas, para que con sus cuerpos hicieran lo que les viniera en gana.


Río Mariño, llamado antiguamente "Amancaymatu" 
(Foto: Ciro Víctor Palomino Dongo)

Río Pachachaca, llamado en tiempo de los incas "Aukapanamayu" o 
"Río de la hermanda rebelde (Foto: Ciro Víctor Palomino Dongo)

Río Apurímac (Foto: Ciro Víctor Palomino Dongo)

Río Pampas pasando por Chincheros (Foto Internet)

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