Bueno, como les tengo
ofrecido les presento en quinta entrada mi ebook SAYWITE: UN HITO EN EL ANDE, solo espero que le ofrezcan vuestro
interés, sin olvidar de poner un “ME
GUSTA”, pero sobretodo “COMPARTIR” y “COMENTAR”. Si de acuerdo al número de visitas no estoy llegando a
ustedes, me limitaré a eliminarlo.
EL MONOLITO:
Está ubicado a 3,622 metros sobre el nivel del mar. Se llega a la plataforma donde está ubicada esta piedra sagrada por la carretera que se dirige a Concacha, así:
Por el Oeste, a través de una portada
central, accedemos a una pirámide de tres plataformas superpuestas, cuya
cúspide culmina en un campo rectangular de aproximadamente 34.00
m. de largo por 20.00 m. de ancho, en cuyo centro se encuentra instalado
el monolito que es un gran bloque de granito de 2.28 metros de altura; con 11.14
metros de circunferencia mayor, y 8.14 metros de circunferencia menor.
Plataforma piramidal y explanadas del monolito y el santuario inca. |
De acuerdo a la información especializada que se dispone, éste complejo arqueológico fue construido a fines del siglo XIV y a comienzos del XV. El
monolito es su parte más impresionante, pues su mitad
superior está ornamentada con 208 figuras talladas en la piedra, donde han sido
representados todos los símbolos andinos asociados a la acumulación y manejo racional de las aguas pluviales,
pero también están presentes los referidos a su culto y
a la fertilidad en general. Rebeca Carrión[1] lo vio así:
“……En las sinuosidades del bloque está
representado el medio geográfico; montañas, depresiones, quebradas, flancos
verticales, lagunas en las partes encumbradas, ríos y cursos de agua que corren
hacia las partes bajas, canales y acequias distribuidas en diversas
direcciones; reservorios, estanques, cascadas, y otros elementos de esta
índole. Como custodios de estos lugares sagrados se ven felinos, pumas y monos
en actitudes de alerta; o de descender violentamente apoyándose en las patas
delanteras. Pero lo más importante de este conjunto lo constituyen los dioses
antropomorfos, generalmente dispuestos en "parejas" de hombre y
mujer, ella con un cantarito de agua en la mano; y colocados en los nacimientos
de los arroyos o ríos o en sitios vecinos a los reservorios. Hay varias de
estas parejas, que encarnan a las que figuran al sol y luna en las leyendas que
se estudian en el capítulo III. Además se ven grupos más amplios en pequeñas
plataformas o terrazas en las que figuran "parejas" de simios,
felinos y lagartos en actitudes eróticas, como simbolizando la fusión de las
fuerzas masculina y femenina para el mayor rendimiento de la producción agrícola.
Asimismo, se han representado junto a los dioses antropomorfos plantas
vigorosas de maíz, indicando el significado inmediato de la composición, así
como llamas o auquénidos no bien determinados en los altares de sacrificio.
Particularmente interesante son las pequeñas fuentes o manantiales con la
simbólica rana en su interior, a semejanza de las cisternas de la fuente de
Lavapatas de San Agustín, en las que es un batracio mítico, de larga cola
dividida en dos, el dueño de ellas; las pacchas, o canales en zigzag que
descargan sus aguas en otros colectores más amplios; los edificios o templos
alrededor de los cuales se hallan todos estos seres. En fin, hay otras diversas
figuras, símbolos de otras tantas ideas, como camarones cruzando los ríos,
cangrejos, etc., que pueden indicar que se ha hecho una minúscula reproducción
de ciertos aspectos de la costa.
Es interesante observar
que algunos de los felinos están situados simétricamente, Como apuntando los
cuatro puntos cardinales, y estos son de mayor tamaño que los restantes, y que
se hallan casi al borde de la fuente monumental, contiguos a grandes aberturas
de salida de las aguas.”
(…..)
Puede afirmarse que se
trata en conjunto de una gigantesca fuente o paccha, con complejas
composiciones en su morfología, en la que el agua de las lluvias empozada
eventualmente en las fuentecillas, cisternas y pocitos, salía al exterior a
través de varias decenas de perforaciones, de diferentes tamaños que existen en
el borde o circunferencia del bloque. Era la piedra sagrada del templo de
Saywite, en la que el cielo" derramaba" sus aguas, que eran recogidas
por este "colector mágico terrestre". Este símbolo de las lluvias,
del agua que había de irrigar y fertilizar las tierras, se hallaba sobre el
propio templo, posiblemente en la gran plataforma superior y contigua a los
altares de sacrificio. En ella se hacía "el derramamiento divino" del
agua, así como en los ídolos o altares se repetía este mismo fenómeno con la
chicha sagrada. Esta fuente externamente afecta la figura de un gigantesco sapo
o rana cuya cabeza escultórica y maciza se halla a un lado….”
Esta magnífica
obra, que además de glorificar el dominio del hombre sobre el curso de las
aguas, también tiene impresas las alegorías precolombinas de su culto, pues
estas eran un obsequio de los dioses andinos, en consecuencia no podía
faltar entre las aves, la presencia del cóndor andino, el mensajero de los Apus
y de los espíritus de la naturaleza, los encargados de llevar la súplica de los
hombres a la Mama Quilla, la dueña de las lluvias, para que haga caer desde el
agujero de su cántaro celestial, el líquido elemento que fecunda a la Pachamama (Madre tierra) cuyos frutos sostienen la vida, y por eso están representadas en esta roca
sagrada las plantas domesticadas por la actividad agraria, así como la
presencia humana en la forma de una pareja, donde la mujer carga un cántaro de
agua. También aparecen las figuras de niños, que en aquellos tiempos estaban
muy asociados al culto del agua: ".... A estas llegaba la
"pareja" de niños o adolescentes que personificaban al sol y la luna.
En las leyendas del sur andino, como se verá en el capítulo respectivo, la
pareja va en romería a varias fuentes (la de Huanacaure, Calispuquio y Yavirá):
él portando símbolos de poder y fuerza como la honda y la alabarda, y ella, el
cántaro de chicha o de agua, símbolo de las lluvias y de la fertilidad...."
También están
presentes y magníficamente esculpidos las figuras de los animales asociados a
la presencia de las aguas en los ríos, las lagunas y los manantiales, así podemos
ver ranas, sapos, peces, camarones, serpientes, lagartos, cangrejos, sin faltar
una alegoría a la fertilidad representada por monos, lagartos y felinos en
actitud erótica.
Tampoco
dejaron de simbolizar sobre esta roca granítica, los santuarios, fuentes
rituales y otras magníficas construcciones, como señalando a sus
contemporáneos y a nosotros mismos, que su grandiosa ingeniería hidráulica había
logrado sostener una vasta población bien alimentada y por eso próspera, capaz de
concebir y levantar estos portentos arquitectónicos.
Lamina 1: Detalles del Monolito |
Lamina 2: Detalles del Monolito |
Lamina 3: Detalles del Monolito |
Lamina 4: Detalles del Monolito |
Lamina 5: Detalles del Monolito |
Lamina 6: Detalles del Monolito |
Lamina 7: Detalles del Monolito |
La
maqueta de un sistema hidráulico
Sabemos que
una maqueta es la reproducción de un monumento, edificio u otra construcción,
real o proyectada, hecha en tamaño reducido, y eso fue el monolito de Saywite,
un modelo donde nuestros antepasados grabaron para su satisfacción y orgullo,
la colosal ingeniería hidráulica que habían logrado en aquellos tiempos, que por
supuesto no es diferente a la que ahora aspiramos. Veamos por ejemplo una maqueta
de ingeniería hidráulica de nuestros tiempos.
Maqueta moderna de un sistema de riego en los andes peruano |
Viendo con detenimiento la parte hidráulica de estas representaciones, observamos que en la piedra se ha figurado el entorno natural de las montañas y sus quebradas, y en la cumbre de esta maqueta lítica, que no está a la vista del visitante, se ha esculpido una laguna altoandina represada, cuya función es almacenar las aguas pluviales, pues ahí era donde empezaba todo el sistema andino de almacenamiento, conducción, manejo y uso de las aguas provenientes de las lluvias. [2]
Leonce Angrand[3],
hizo un dibujo genial del monolito del Saywite, visto "desde el cielo", es decir por encima de él, donde en su parte superior podemos apreciar
una laguna coronando la escultura lítica, y luego podemos ver que en la gradación
decreciente de la piedra se han cincelado ríos, lagunas, canales,
saltos de agua, acueductos y reservorios, observándose muy claramente cómo estas aguas a medida que descienden son derivadas, primero a reservorios y luego a los andenes, los campos de cultivo y las chacras, que también están bellamente
representados en la escultura.
Ronald Ancajima Ojeda,[4]
en su Conferencia Magistral sobre “Tecnologías Ancestrales - Sistemas
Hidráulicos Pre Incas e Incas”, nos dice:
"La historia de nuestro
país, antes de la invasión española, data de hace más de 5,000 años, años de
convivencia con la naturaleza, producto de la cosmovisión que ellos tenían,
donde los astros (el sol, la luna y las estrellas) y los recursos naturales
(agua y suelo) formaban parte de sus divinidades y a los cuales debían respeto
y este era correspondido en alimentos abundantes para los pueblos. De aquí
probablemente la explicación a las grandes obras hidráulicas que nos han dejado
y que ahora son motivos de admiración y constante investigación, no solo porque
la estructura era la solución a los problemas del agua, sino que esta era parte
de una veneración a la yacumama (madre agua)."
(…..)
“El
principio filosófico, aparentemente era muy simple, el sol, la luna, los astros
y los recursos naturales, eran parte de su divinidad por lo que le debían
respeto y veneración para su uso. Pero, esa simplicidad traía consigo espacios
de protección (sistemas de canales, amunas, andenes por citar algunas) porque
representaban la vida y el abastecimiento de alimentos a sus poblaciones, es
probable que una casta social de alta ingeniería se dedicara a estas soluciones
y con muchas prácticas que ahora nos sorprenden. En el siguiente esquema
representamos los principales sistemas hidráulicos conocidos, como alternativas
tecnológicas que ahora debemos de revalorar e imitar.”
Y nos muestra este gráfico de
la gestión sostenible del uso de agua que hicieron los incas, que no está muy lejos del gráfico que nos
muestra la piedra de Saywite, y que magistralmente dibujó Angrand, veamos:
En muchas obras y estudios, este monolito ha sido también visto como una obra de arte del antiguo Perú. Sobre esta clase de objetos, Patricia Victorio Cánovas, en sus “Reflexiones en torno al estudio del arte del Perú antiguo”, publicado en el Tomo L de la Revista del Museo Nacional, nos aclara: “Los objetos del Perú antiguo que se reconocen ahora como obras artísticas no fueron concebidos solamente como objetos de contemplación o de goce estético. En la mayoría de los casos, fueron hechos para cumplir una función dentro de la sociedad, que puede haber sido ritual, propiciatoria, como ofrenda funeraria, entre otras que desconocemos totalmente.”. Esto quiere decir que a través de esta muy sofisticada escultura lítica, los indígenas de aquel lugar, no solo hicieron arte, sino que al representar el sistema hidráulico del almacenamiento, manejo y uso de las aguas provenientes de las lluvias, que ellos ampliamente habían dominado, entregaron a sus dioses esta artística “Sayhua”, como un símbolo propiciatorio para que se cumpla el ciclo anual del agua (evaporación, condensación, precipitación, infiltración y escorrentía) que en esos tiempos no era el fenómeno natural que conocemos ahora, sino un regalo de sus dioses, que algunas veces eran caprichosos y hasta egoístas.
Aparecen diseminados en esta escultura varias figuras de pumas, y esto es a propósito, porque en el incario: “El puma simboliza la sabiduría, la fuerza, la inteligencia. Simbolizaba el gobierno, de allí que probablemente por esa razón la planificación de la construcción de la ciudad del Qosqo tuviera la forma de un puma.”, escriben A. Rojas G. y Ángel Y. Huanco A. En esta maqueta que simboliza el manejo y dominio de las aguas, se ha querido demostrar que quienes son capaces de controlar este escurridizo estado de la materia, que fácilmente puede perderse en la tierra o elevarse a los cielos, eran unos pumarunas (ingenieros incas). Es decir, gentes de mucha fortaleza y con suficiente conocimiento e ingenio como para lograr contener las aguas, hasta que éstas lleguen a las plantas y a la boca de las bestias y los hombres, para perpetuar la vida. Cabe señalar que para destacar que ese mundo era de los pumarunas, cuatro felinos en posición de ataque, señalan los puntos cardinales desde el monolito.
Aparecen diseminados en esta escultura varias figuras de pumas, y esto es a propósito, porque en el incario: “El puma simboliza la sabiduría, la fuerza, la inteligencia. Simbolizaba el gobierno, de allí que probablemente por esa razón la planificación de la construcción de la ciudad del Qosqo tuviera la forma de un puma.”, escriben A. Rojas G. y Ángel Y. Huanco A. En esta maqueta que simboliza el manejo y dominio de las aguas, se ha querido demostrar que quienes son capaces de controlar este escurridizo estado de la materia, que fácilmente puede perderse en la tierra o elevarse a los cielos, eran unos pumarunas (ingenieros incas). Es decir, gentes de mucha fortaleza y con suficiente conocimiento e ingenio como para lograr contener las aguas, hasta que éstas lleguen a las plantas y a la boca de las bestias y los hombres, para perpetuar la vida. Cabe señalar que para destacar que ese mundo era de los pumarunas, cuatro felinos en posición de ataque, señalan los puntos cardinales desde el monolito.
Lado norte del monolito plagado de pumas. Dibujo de Pedro Rojas Ponce en 1955. |
El puma simbolizaba la sabiduría, la fuerza, la inteligencia y el buen gobierno |
A una distancia
de aproximadamente cuatro kilómetros de la piedra ceremonial, en el lugar
llamado Rumiccasa, se encuentra un bloque lítico natural, que a lo largo de los siglos la naturaleza ha esculpido un relieve semejante al bloque tallado. Probablemente
inspirados por esta piedra original, los artistas nativos emprendieron la
empresa de tallar el soberbio monolito que nos asombra.
[1]
CARRION CACHOT, Rebeca. EL CULTO AL AGUA EN EL ANTIGUO PERÚ. Instituto Nacional
de Cultura del Perú, Editores & Impresores S.A. 2005. Lima. Págs. 30 a 34.
[2] Un ejemplo de estas
represas incas, fue la laguna de Ccochacajas en las alturas de Huancarama que
proveía de agua de riego a ese pueblo y a las tierras de Carhuacahua y otros
sitios de esa quebrada.
[3] ANGRAND,
Léonce. Imagen del Perú en el siglo xix, introducción de Marcel Bataillon.
Lima: Editor Carlos Milla Batres. 1972
Léonce Angrand fue un
diplomático francés quien nació en Paris el 8 de agosto de 1808. Fue de una
familia acomodada. Desde su infancia practicó el dibujo y la acuarela. En 1833
es nombrado vice-cónsul francés en Lima. Su labor diplomática le permitió
viajar por muchos lugares del Perú entre 1834 -1838, 1847, y de esta manera fue
recopilando información sobre su cultura y tradiciones. A su paso por Apurímac
dibujó el templo de Cocharcas, el puente sobre el río Pachachaca, el santuario
de Saywite y el adoratorio de Incahuasi
en Cachora. También viajo por Chile y Bolivia. Fue uno de los primeros en llegar
y dibujar Choquequirao.
[4] https://hidraulicainca.com/acerca-de/sistemas-hidraulicos-pre-incas-e-incas/
Realmente maravillosa maqueta de un sistema hidráulico, que tuvieron nuestros antepasados e impresionante el mismo monolito, la vi muchas veces y no me cansaba de contemplarla es que era algo complejo cada ángulo de la piedra, que le guardian del patrimonio quería cobrarme por todos los días que lo observaba, por supuesto que le decía que iba a mi trabajo.
ResponderBorrarImponente escultura que requiere observación y análisis. Aunque lo vi muchas veces no logré imaginar la cantidad de información que contiene en su interior. Solo me queda mostrar mi asombro por los conocimientos y arte de nuestros antepasados, que entre muchas cosas importantes respetaron la naturaleza como parte integrante de sus vidas.
ResponderBorrarSensacional! El primer 3d AutoCad Gracias por la publicación llena de detalles interesantes.
ResponderBorrarExcelente trabajo de investigación y felicitaciones por el esfuerzo de difusión.
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