EL CARNAVAL ABANQUINO EN LA OBRA DE GUILLERMO
VILADEGUT FERRUFINO
Por su parte Guillermo Viladegut Ferrufino,[1] nuestro inolvidable “Papi Vila”, en su obra póstuma “Alma y rostro de Abancay”[2] publicada por su esposa doña Enma Estela Pinto de Viladegut en el año 1997, nos ofrece una colorida pintura de los carnavales abanquinos de la segunda mitad del siglo XX, a través del presente testimonio:
“Los carnavales
“Todos los
pueblos tienen una fiesta grande que los hace notables y con este motivo se
congregan cientos de visitantes. Abancay, hace muchos años, tenía el Carnaval
como una de las fiestas más esperadas y también la mejor celebrada después del
día de Mamacha Rosario y de las Fiestas Patrias. Y de esta emoción surgió en el
pueblo la conocida y popular música del carnaval abanquino, que también por
extensión se llama carnaval apurimeño, en cuyo fondo acomodan los artistas y
cantores sus letras para individualizar de acuerdo a su medio, de donde resulta
un contrapunto de canciones que aluden a personas, caracteres, costumbres, etc.
El carnaval
abanquino duraba toda una semana. Se iniciaba el día sábado con la entrada del
Ño Carnavalón; las primeras alegres comparsas se paseaban al son de las
flautas, de los charangos, bandurrias y guitarras cantando el «Chayraqmi,
chayraqmi / chayaikamuskani / parachawan, wayrachawan / contraschaskukuspa»;
lindas tinyas, a manera de tambores, cubiertas por un lado con fino pergamino
de piel de carnero, y por el otro con delgada membrana peritoneal de chancho
que con dos o tres cuerdas de crin de caballo, resonaban como un enjambre de
abejas. Alegres mestizas con sus caras pintadas de blanco y rojo y con sus
finos pies de taruca, zapateaban en el suelo recién regado por el cielo después
del anuncio de San Pedro con su wakaqara arrastrada por él mismo.
Al día
siguiente, domingo de carnaval, se organizan pandillas de «pasianderos», de la
juventud y de viejos carnavaleros que iban y venían por las diferentes calles
de Wanupata hasta Miscabamba portando los implementos de juegos: harina,
picapica, cascarones, agua de florida, serpentinas, evocando las canciones en
los idiomas español y en runasimi: «Verde romerito morado floreces/ amor
traicionero nunca permanece/. Tratas conmigo/ tratas con otro/ porque no
tratas/ solo conmigo/. /Aquí viene la comparsa/ /la comparsa abanquina/ /Desde
Maukakalle me mandaron flores/ en una canastita llena de amores/.../Apurimaq
mayu río caudaloso/ en tus aguas turbias/ /casi la vida pierdo/ ...Patibamballay
patipa ruruchan/ /ciertoponechus parischaykusun/...
Se organizan
excursiones familiares al campo portando todos los implementos de juego y los
menesteres para preparar el almuerzo «timpu», una especie de sancochado, en las
huertas de José Soria, Catalina Hoyos, Dionisio Camacho, mentados por sus
duraznos, yendo hacia Qolqaki, la de Azurín hacia Maukakalle, de los Bedia
hacia Sawanay; y así las principales familias abanquinas salían al campo, a
Tamburco, Aymas y otros lugares; este almuerzo da motivo para que casi al
terminar el ágape se iniciara un juego de verdadero carnaval, empleándose todos
los residuos del banquete y por consiguiente, la pulcra mesa de momentos antes
se convertía en un campo de juego y batalla.
Los jóvenes de
la ciudad, los malqos, de aquella época: los Casas, los Huerta, los Pinto, los
Ocampo, los Fano, los Luna, los Fernández, etc. formaban sus grupos de combate
con sus canastas de globos de cascarones y los bolsillos llenos de harina, que
arrojaban a las ventanas de las alegres muchachas, rematando al final con la
toma de la casa de las Fano, quienes esperaban bien preparadas desde días
antes; por las noches, numerosas comparsas de los aledaños, formaban pandillas
que recorrían la ciudad, en aquellos tiempos su número llegaba a los cincuenta
conjuntos, dando a Abancay un aspecto único de alegría y bohemia popular.”
[1] Esta biografía es parte de su libro póstumo “Alma y rostro de
Abancay”,
GUILLERMO VILADEGUT FERRUFINO.- Natural de Mamara, Provincia de Grau, Apurímac - Perú. Nació el
28 de noviembre de 1902. Sus padres fueron don Felipe Viladegut y doña Luisa
Ferrufino, tuvo un solo hermano don Ángel Estefen Viladegut Ferrufino,
igualmente periodista, escritor y poeta.
Cursó sus estudios primarios en la Escuela 661 de Abancay,
secundaria en el Colegio Grau de Abancay y en el Colegio Nuestra Señora de
Guadalupe de Lima; su educación Superior la realizó en la Universidad San
Agustín de Arequipa, habiendo obtenido el Bachillerato en Historia, Filosofía y
Letras.
Como maestro: Dedicó lo
mejor de su vida. Con auténtica vocación, cariño, mística y entrega se
desempeñó como docente y director en los colegios de Santa Isabel de Huancayo;
Miguel Grau, Instituto Industrial N° 14, César A. Vallejo de Abancay, Colegio
Mixto de Chuquibambilla, Colegio Mixto Antonio de Ocampo de Curahuasi. En cada
uno de los centros educativos donde ejerciera su labor pedagógica o directiva
dejó recuerdos imborrables entre sus alumnos, obras de infraestructura, ornato
y material didáctico.
Participó con mucho empeño en las luchas populares para conseguir la
creación de la Universidad de Abancay. Siendo Director del Colegio César A.
Vallejo facilitó sus aulas para las actividad desde la recién creada
universidad. Esta actitud solidaria y de cariño a la juventud, le valió una
severa llamada de atención de sus superiores.
Por Resolución Ministerial N° 574 del 7 de julio de 1982 fue
galardonado con las Palmas Magisteriales.
Guillermo Viladegut fue hombre sencillo, amable, honesto, amante de
la paz y la justicia, siempre solícito a prestar su ayudan muy en especial a la
juventud a quien le tenía deferente cariño, cualidades éstas que le valieron el
aprecio de sus alumnos. Chicos y grandes, propios y extraños, le conocían con
el cariñoso apelativo de "PapiVila".
Como periodista: Desde muy
temprana edad demostró sus dotes para la noble y difícil tarea del periodismo.
Siendo alumno del 3er. año de primaria en el CE. N°661 de Abancay editó un
semanario manuscrito. En el Colegio Guadalupe de Lima dirigió un Quincenario de
Arte y Literatura.
En 1929 fundó en Huancayo el diario "Renovación". Tras
exitosa campaña logró cambiar a Huancayo la capital del Departamento de Junín
que estaba en Cerro de Pasco, ha trabajado en los diarios "El
Heraldo" y "La Voz de Huancayo" en compañía de su hermano Ángel
Estefen.
En 1941, en Abancay, fundó el diario "La Patria", con un
grupo de amigos y con el apoyo del Sr. J. Cirilo Trelles y del Ing, Fortunato
A. Marín. Fue fundador, director y redactor del diario por más de 17 años. Fue
el periódico editado en Apurímac que tuvo la más larga existencia, hasta su
cierre en 1957. Colaborador constante del periódico "Meridiano",
columnista, colaboró con artículos sobre temas variados en las emisoras
locales: Radio Municipal de Abancay, "Apurímac", "Amistad"
e "Inti Radio". Su espacio radial "Mirador" fue muy
sintonizado y gustado por el público oyente. También fue miembro del Centro
Federado de Periodistas de Apurímac.
Como escritor y autor:
Autor de la novela "El Extraño Indio Clemente Qespe"; de las crónicas
históricas "El Reloj del Tiempo": del poemario "Las Voces
Eternas"; de las obras teatrales "Maestro de Escuela ", "Su
Ultimo Día " y otros. Sus obras póstumas: "Alancho el Noble
Bandolero", " Prosas del Ande", y la actual " Alma y Rostro
de Abancay", "El Mirador", con más de 1200 artículos radiales
sobre diferentes temas, y otras que se están compilando de sus archivos dejados
a cargo de su esposa Sra. Estela Pinto de Viladegut.
Desempeñó cargos públicos de Concejal durante 16 años, cuatro veces
Alcalde del Concejo Provincial de Abancay (1942, 1949, 1953 y 1956); Prefecto
del Departamento de Apurímac el año de 1980, Presidente dos veces de la
Beneficencia Pública de Abancay y Miembro del Instituto Libertador Castilla.
La Biblioteca Municipal de Abancay, fundada por él, lleva su nombre,
en mérito a su esfuerzo y dedicación a la cultura de nuestro pueblo.
Don Guillermo Viladegut Ferrufino, dejó de existir el 25 de enero de
1989, en vísperas de juramentar el cargo de Vice-Decano del Colegio de
Periodistas de Apurímac. El 27 de enero, previo al sepelio se celebró una misa
de cuerpo presente en la Catedral de muestra ciudad; antes de que terminase la
ceremonia religiosa, comenzó a caer una torrencial lluvia que obligó a demorar
más de media hora, tiempo en que cesó la tormenta, siendo llevado en hombros de
sus hijos, nietos y amigos en medio de una nutrida concurrencia y acompañada de
una banda de músicos que tocaban huaynos y carnavales. Empezaron los discursos
de orden al pie de la Torre de la Catedral, en la puerta de la Prefectura;
nuevamente empezó la fuerte e incesante lluvia; parecía que el cielo también
lloraba y acompañaba en su dolor a sus familiares. Pese a la persistente
lluvia; la concurrencia lo acompañó hasta el campo santo para darle su postrero
adiós.
[2] VILADEGUT FERRUFINO,
Guillermo. Alma y rostro de Abancay. Imprenta IRAL E.I.R.L. Abancay. 1997 Págs.
121 y 122.
Gracias Ciro por citar y recordar a mi abuelollermo. Un gran abrazo abanquino. Hugo Viladegut
ResponderBorrarDe nada, solo estoy escribiendo lo que pasó en Abancay, y si algo pasó es porque personas como el "Papi Vila", dejaron su testimonio. Si eso no fuera así que poco seríamos.
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