martes, 3 de octubre de 2017

SANTUARIO NACIONAL AMPAY (1987 -2017) - 01


1987 - SANTUARIO NACIONAL AMPAY - 2017
(30 AÑOS)
 
Para Ciro y Hugo: mis hijos



PRESENTACION

            El día 23 de julio del 1987, luego de casi cuatro años de gestión permanente, al amparo del artículo 123º[1] de la Constitución Política del Estado de 1979 y en los artículos 4º, 14º y 18º[2] del Decreto Ley Nº 21147, Ley Forestal y de Fauna Silvestre, se promulgó el Decreto Supremo Nº 042-87-AG, mediante el cual se declaró al sector Ampay del distrito de Tamburco de la provincia de Abancay del departamento de Apurímac como Unidad de Conservación en la categoría de Santuario Nacional.

            Han pasado 30 años y de eso nos felicitamos, porque durante todo este tiempo el Santuario Nacional de Ampay ha cumplido con su objetivo legal, cual es conservar con carácter intangible el bosque natural de "Intimpas" (Podocarpus glomeratus), conífera sudamericana única en su género y en proceso de extinción, además de otras especies de flora y fauna silvestre endémicas. También ha cumplido con proteger los recursos suelo y agua dentro de la cuenca hidrográfica del río Pachachaca, garantizando la estabilidad de las tierras y el normal aprovisionamiento de agua para los asentamientos humanos de las ciudades de Abancay y Tamburco y el desarrollo agrario de las tierras de cultivo de los sectores de Illanya, Pachachaca, Huayllabamba, Umaccata, Kerapata, Sahuanay, Maucacalle, San Antonio, Ccorhuani, Antabamba Baja, etc.

            De otro parte, la protección y conservación de los bosques del Santuario Nacional, ha permitido proteger a nuestra ciudad de los gigantescos deslizamientos de tierras que podrían haberse producido en estos últimos tiempos, si la zona boscosa, siendo lo que era tierra de propiedad estatal, se hubiera parcelado y adjudicado en propiedad a los campesinos de la ex hacienda Patibamba; entonces a la fecha sería cotidiana la caída de enormes huaycos sobre la ciudad. Esta no es una gratuita conjetura, sino que está basada en el hechos concretos que, donde se ha talado y retirado el área vegetal del Ampay, es  precisamente donde se han producido significativos corrimientos de tierras, tal es el caso de Sahuanay (1951), Cocha-Pumaranra (1997) y Sahuanay – Tamburco – Chinchichaca y El Olivo (2012). De modo que tenemos sobre la ciudad una amenaza evidente y para conjurarla solo nos corresponde persistir en la conservación del bosque y en la urgente reforestación de las áreas denudadas de los bosques ampayasanos.

La parte más valiosa del Santuario Nacional de Ampay es su riqueza forestal, la que está calculada en aproximadamente 1,500 especies, de las cuales 340 han sido registradas entre los 2,900 a 3,500 msnm. En este piso húmedo, la floresta está dominada por la "Intimpa" que ocupa una extensión aproximada de 600 has. (41% de la masa forestal del bosque del Ampay y el 19% de extensión total del Santuario), con unos 60 árboles por hectárea, formando un rico ecosistema con gran número de plantas endémicas. Otro valor natural es su riqueza ornitológica que lo sitúa en una de las principales rutas de los estudiosos y observadores de aves por contar con especies endémicas.

Lo que no podemos dejar de valorar es la belleza paisajística del Santuario expresada en formaciones geológicas, bosques, lagunas y el nevado Ampay, que ya desde tiempos preincaicos recibía la devoción de los antiguos peruanos como uno de los principales Apus[3] de la cordillera del Vilcabamba o la "sierra nevada" como la llamaban los españoles.  

La conservación del Santuario Nacional de Ampay durante estos últimos 30 años, ha permitido situar a la ciudad de Abancay en un importante destino eco turístico, así lo confirma la ingente información difundida en medios televisivos y en los más importantes diarios y revistas de circulación nacional,  así como toda la información que se difunde a través de las redes sociales (31,300 páginas sólo en el buscador Google y tan solo en el idioma español, a nivel mundial), pero por sobre todo el importante incremento anual de visitantes, especialmente de los foráneos, nacionales y extranjeros, han convertido al Ampay en un lugar muy especial dentro de los corredores turísticos: Cusco - Cañon del Apurímac - Saywite - Choquequirao -Ampay o el que empieza partiendo de Andahuaylas formado el circuito Pacucha - Sondor - Curamba - Bosques de Pacobamba -Ampay - Choquequirao.

Han pasado 34 años desde que empecé aquella ardua tarea para lograr que el Ampay sea declarado como un Área Natural Protegida en la categoría de Santuario Nacional, y ahora que nos toca celebrar los treinta años de aquel logro, no me queda más que reiterar, como lo he hecho desde el comienzo, mi reconocimiento e infinitas gracias a todos los que me ayudaron y acompañaron en este loable esfuerzo, especialmente a los gestores: Hugo Luna Álvarez, Margarita Soto Salas, Clodowaldo Pagán Cuenca y a los investigadores: Washington Galiano Sánchez, Alfredo Tupayachi, José Luis Venero Gonzáles, David Ricalde Ríos y los otros que llegaron después, especialmente a Rainer Hostnig. 


¡GRACIAS!


Ciro Víctor Palomino Dongo



[1]Artículo 123.- Todos tienen el derecho de habitar en ambiente saludable, ecológicamente equilibrado y adecuado para el desarrollo de la vida y la preservación del paisaje y la naturaleza.
       Todos tienen el deber de conservar dicho ambiente. Es obligación del Estado prevenir y controlar la contaminación ambiental.
[2] Artículo 4º.-  Corresponde al Ministerio de Agricultura normar, regular y controlar la conservación de los recursos forestales y de la fauna silvestre, así como autorizar su aprovechamiento, con excepción de las especies que se reproducen en las aguas marinas o continentales que corresponden a la jurisdicción del Ministerio de Pesquería. Corresponde a los Ministerios de Agricultura y de Industria y Turismo la transformación de los recursos forestales.
Artículo 14º.-  Considérase bajo el régimen de recurso forestal a las áreas necesarias para la protección, conservación y aprovechamiento de la fauna silvestre y las que tengan especial significación por sus valores históricos, paisajísticos y científicos.
Artículo 18º.- Se denomina Santuarios Nacionales, las áreas destinadas a proteger con carácter de intangible, una especie o una comunidad determinada de plantas o animales, así como las formaciones naturales de interés científico o paisajístico.
[3] Según el Diccionario Quechua - Español – Quechua de la Academia Mayor de la Lengua Quechua, la palabra Apu significa: “Apu. s. Mit. Espíritu tutelar de un pueblo que habita en las cimas de los cerros, en los nevados, en la pendería o en una waka importante. EJEM: Apu Salqantay, Apu Pachatusan. Apu Awsanqati, dioses tutelares de la ciudad del Qosqo. || Ec: Jefe, mandatario, superior.”
La devoción a los Apus, seres sobrenaturales que moran en las altas montañas dotados de razón, inteligencia y voluntad, se remonta a miles de años y jugó un papel muy importante en la formación de la espiritualidad y la religiosidad de los pueblos del mundo andino.


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