1987 - SANTUARIO NACIONAL AMPAY -
2017
(30 AÑOS)
Para Ciro y Hugo: mis hijos
PRESENTACION
El día 23 de julio del 1987, luego de casi cuatro años de gestión
permanente, al amparo del artículo 123º[1] de
la Constitución Política del Estado de 1979 y en los artículos 4º, 14º y 18º[2]
del Decreto Ley Nº 21147, Ley Forestal y de Fauna Silvestre, se promulgó el
Decreto Supremo Nº 042-87-AG, mediante el cual se declaró al sector Ampay del
distrito de Tamburco de la provincia de Abancay del departamento de Apurímac como
Unidad de Conservación en la categoría de Santuario Nacional.
Han pasado 30 años y de eso nos felicitamos, porque durante todo este tiempo el Santuario Nacional de Ampay ha cumplido con su objetivo legal, cual es
conservar con carácter intangible el bosque natural de "Intimpas"
(Podocarpus glomeratus), conífera sudamericana única en su género y en proceso de extinción, además de otras especies de flora
y fauna silvestre endémicas. También ha cumplido con proteger los recursos suelo y agua dentro
de la cuenca hidrográfica del río Pachachaca, garantizando la estabilidad de
las tierras y el normal aprovisionamiento de agua para los asentamientos
humanos de las ciudades de Abancay y Tamburco y el desarrollo agrario de las tierras de cultivo
de los sectores de Illanya, Pachachaca, Huayllabamba, Umaccata, Kerapata, Sahuanay, Maucacalle, San Antonio, Ccorhuani, Antabamba Baja, etc.
De otro parte, la protección y conservación
de los bosques del Santuario Nacional, ha permitido proteger a nuestra ciudad
de los gigantescos deslizamientos de tierras que podrían haberse producido en
estos últimos tiempos, si la zona boscosa, siendo lo que era tierra de
propiedad estatal, se hubiera parcelado y adjudicado en propiedad a los
campesinos de la ex hacienda Patibamba; entonces a la fecha sería cotidiana la
caída de enormes huaycos sobre la ciudad. Esta no es una gratuita conjetura,
sino que está basada en el hechos concretos que, donde se ha talado y retirado
el área vegetal del Ampay, es precisamente donde se han producido
significativos corrimientos de tierras, tal es el caso de Sahuanay (1951),
Cocha-Pumaranra (1997) y Sahuanay – Tamburco – Chinchichaca y El Olivo (2012).
De modo que tenemos sobre la ciudad una amenaza evidente y para conjurarla solo nos corresponde persistir en la conservación del bosque y en la urgente
reforestación de las áreas denudadas de los bosques ampayasanos.
La parte más valiosa del Santuario Nacional de Ampay es su riqueza forestal, la que
está calculada en aproximadamente 1,500 especies, de las cuales 340 han sido
registradas entre los 2,900 a 3,500 msnm. En este piso húmedo, la floresta está
dominada por la "Intimpa" que ocupa una extensión aproximada de 600
has. (41% de la masa forestal del bosque del Ampay y el 19% de extensión total
del Santuario), con unos 60 árboles por hectárea, formando un rico ecosistema con
gran número de plantas endémicas. Otro valor natural es su riqueza ornitológica
que lo sitúa en una de las principales rutas de los estudiosos y observadores
de aves por contar con especies endémicas.
Lo que no podemos dejar de valorar es la belleza paisajística del
Santuario expresada en formaciones geológicas, bosques, lagunas y el nevado
Ampay, que ya desde tiempos preincaicos recibía la devoción de los antiguos
peruanos como uno de los principales Apus[3] de
la cordillera del Vilcabamba o la "sierra nevada" como la llamaban los españoles.
La conservación del Santuario Nacional de Ampay durante estos
últimos 30 años, ha permitido situar a la ciudad de Abancay en un importante
destino eco turístico, así lo confirma la ingente información difundida en
medios televisivos y en los más importantes diarios y revistas de circulación
nacional, así como toda la información
que se difunde a través de las redes sociales (31,300 páginas sólo en el buscador Google y tan solo en el idioma español, a nivel mundial),
pero por sobre todo el importante incremento anual de visitantes, especialmente
de los foráneos, nacionales y extranjeros, han convertido al Ampay en un lugar
muy especial dentro de los corredores turísticos: Cusco - Cañon del Apurímac - Saywite - Choquequirao -Ampay
o el que empieza partiendo de Andahuaylas formado el circuito
Pacucha - Sondor - Curamba - Bosques de Pacobamba -Ampay - Choquequirao.
Han pasado 34 años desde que empecé aquella ardua tarea para lograr
que el Ampay sea declarado como un Área Natural Protegida en la categoría de
Santuario Nacional, y ahora que nos toca celebrar los treinta años de aquel
logro, no me queda más que reiterar, como lo he hecho desde el comienzo, mi reconocimiento e infinitas gracias a todos los que me ayudaron y
acompañaron en este loable esfuerzo, especialmente a los gestores: Hugo Luna
Álvarez, Margarita Soto Salas, Clodowaldo Pagán Cuenca y a los investigadores:
Washington Galiano Sánchez, Alfredo Tupayachi, José Luis Venero Gonzáles, David
Ricalde Ríos y los otros que llegaron después, especialmente a Rainer Hostnig.
¡GRACIAS!
[1]Artículo 123.- Todos
tienen el derecho de habitar en ambiente saludable, ecológicamente equilibrado
y adecuado para el desarrollo de la vida y la preservación del paisaje y la
naturaleza.
Todos
tienen el deber de conservar dicho ambiente. Es obligación del Estado prevenir
y controlar la contaminación ambiental.
[2] Artículo 4º.- Corresponde al Ministerio de Agricultura
normar, regular y controlar la conservación de los recursos forestales y de la
fauna silvestre, así como autorizar su aprovechamiento, con excepción de las
especies que se reproducen en las aguas marinas o continentales que
corresponden a la jurisdicción del Ministerio de Pesquería. Corresponde a los
Ministerios de Agricultura y de Industria y Turismo la transformación de los
recursos forestales.
Artículo 14º.- Considérase
bajo el régimen de recurso forestal a las áreas necesarias para la protección,
conservación y aprovechamiento de la fauna silvestre y las que tengan especial
significación por sus valores históricos, paisajísticos y científicos.
Artículo 18º.- Se denomina Santuarios Nacionales, las áreas
destinadas a proteger con carácter de intangible, una especie o una comunidad
determinada de plantas o animales, así como las formaciones naturales de
interés científico o paisajístico.
[3]
Según el Diccionario Quechua - Español – Quechua de la Academia Mayor de la
Lengua Quechua, la palabra Apu significa: “Apu.
s. Mit. Espíritu tutelar de un pueblo
que habita en las cimas de los cerros, en los nevados, en la pendería o en una
waka importante. EJEM: Apu Salqantay, Apu Pachatusan. Apu Awsanqati, dioses
tutelares de la ciudad del Qosqo. || Ec: Jefe, mandatario, superior.”
La
devoción a los Apus, seres sobrenaturales que moran en las altas montañas
dotados de razón, inteligencia y voluntad, se remonta a miles de años y jugó un
papel muy importante en la formación de la espiritualidad y la religiosidad de
los pueblos del mundo andino.
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