Fachada de la Hacienda Illanya |
El médico Lázaro Letona, nació en
la República del Salvador[1] en
el año de 1845 y murió en enero 1897 a la edad de 52 años.
En la Revista Médico Quirúrgica[2] de
la Asociación Medica-Bonarense de 1872, sobre el Lázaro Letona y su calidad
profesional, ha escrito lo siguiente:
“Un
médico americano.-
Del “Americano”, periódico ilustrado que se publica en París, tomamos lo siguiente:
El Doctor Letona.- El Doctor D. Lázaro Letona, de la
República del Salvador, ha presentado á la Facultad de Medicina de Paris un
Estudio sobre las fiebres palustres en que se nota, al par que un conocimiento
profundo del asunto, un caudal científico considerable y una tendencia poco común
en los jóvenes á las aplicaciones prácticas.
El Dr. Letona, no se contenta solo con
la ciencia, aspira á servirse de ella en provecho de la humanidad.
Su carrera médica se abre
brillantemente en medio del aplauso de la ilustre Facultad de París, que ha conferido
á Letona el grado Doctor por el sufrajio unánime de sus célebres profesores.
Uno de ellos, el eminente Doctor
Germain Sée, ha dicho que la tésis del Sr. Letona sobre las fiebres palustres,
es la mas notable que ha examinado la Facultad en el presente año.
Deseamos al Doctor Letona que coseche
en su patria los triunfos que merece, y que consolide su reputacion en el cultivo
de la ciencia y en la práctica de las virtudes profesionales, pues tiene intelijencia
y carácter para ello.”
Se casó en Londres – Inglaterra en
el año 1876 con la hacendada de los valles de Abancay y Pachachaca, María
Mercedes Zereceda Flores del Campo España, hija de Gregorio Flores del Campo
Recabarren y María Josefa Alberta de España Correa de Saa, nacida en Camaná –
Arequipa el año 1817 y fallecida el 1° julio de 1897 en la ciudad de Arequipa,
a la edad de 80 años.
Doña María Mercedes Zereceda
Flores del Campo España, tuvo dos hijos de su primer matrimonio con Antonio
Aráoz, hijo del hacendado argentino Bartolomé Aráoz, propietario de las
haciendas de San Gabriel de Ninamarca e Illanya, María Antonia Justa Aráoz y Zereceda y
Ascencio Santos Ricardo Antonio Aráoz y Zereceda.
De su matrimonio con el médico salvadoreño
Lázaro Letona, tuvo dos hijos: Esther María Cristina de las Mercedes Letona
Zereceda, nacida en 1877 y Jose Aurelio Antonio Letona Zereceda, nacido Abancay
en 1883. Este ultimo fue diputado por la provincia de Antabamba en 1910.
Esther María Cristina de las Mercedes Letona Zereceda |
José Aurelio Antonio Letona Zereceda |
Sobre estos hechos, en el año 1897,
el médico y viajero alemán Ernest Middendorf[3],
en su obra “Perú”[4] nos ofrece la siguiente
semblanza de Lázaro Letona:
“En la mañana del día siguiente visitó
al dueño de Patibamba uno de sus vecinos de apellido Letona. Este Señor,
entonces el propietario más rico del valle de Abancay, ejerció la profesión de
médico, y había tratado a su amigo y vecino Petriconi durante su enfermedad,
logrando curarlo. Como colega me propuso pasar algunos días en su casa y
esperaba poder conseguirme en este tiempo las bestias que necesitaba. Acepté
gustosamente esta invitación y todavía el mismo día hice mis preparativos. En
la tarde me despedí del anciano italiano tan jovial, de mis amables compañeros
de viaje, y me trasladé a la Hacienda Illanga, la residencia del Doctor Letona.
Illanga está situada más o menos a 3 kilómetros de Abancay y a mucho menos altura,
pues el valle, no, obstante su amplitud tiene mucho declive. Este valle es de
naturaleza peculiar, pues aunque es un valle lateral muy corto, es mucho más
ancho que el principal del Pachachaca, en el que desemboca a 2 leguas de
Abancay. Su dilatada superficie es de fuerte declive, muy apropiada para el
riego y en casi su totalidad se cultiva caña de azúcar. Las plantaciones de
caña habrían sido introducidas por los jesuitas, por lo menos, las tierras del
valle de Abancay fueron propiedad de la Orden al tiempo de su supresión.
Después de su extrañamiento los bienes de la compañía pasaron al poder de la
Corona, y más tarde al Estado peruano, que los vendió, en condición muy
ruinosa, a un Señor Bartolomé Araos, ciudadano argentino y un hombre emprendedor,
de trabajo. Un hijo del viejo Araos, Antonio, vivía en Europa después de la
muerte de su padre, falleció allá, y su viuda, en el viaje de regreso a su
patria, conoció a bordo del vapor-correo a un joven médico de San Salvador en
América Central, que había terminado sus estudios en París y también retornaba
a su país. Este joven médico era el Doctor Lázaro Letona. Contrajo matrimonio
con la joven viuda, se fue con ella al Perú, y se hizo cargo de la parte de la
herencia que le correspondía en la sucesión de su suegro y trabajó con tal
éxito, que con las utilidades, poco a poco, reunió en sus manos toda la
propiedad del viejo Araos. Además de Illanga, Letona poseía dos haciendas más,
Pachachaca y San Gabriel. En las tres tenía instalaciones de destilación con
los últimos adelantos para la elaboración de aguardiente de caña, que es el
producto principal de estas plantaciones, pero no es obtenido o sólo en pequeña
parte, del zumo de la caña molida, sino de los residuos da la preparación del
azúcar, o sea la melaza. La fabricación del azúcar se efectuaba todavía a la
manera antigua, haciendo cristalizar en vasijas cónicas de barro el zumo
hervido y condensado, mientras que por un pequeño orificio de la punta
inferior, sale la melaza. Las Haciendas de Abancay abastecen con sus productos
la ciudad del Cuzco y las zonas vecinas.
El Doctor Letona se construyó en su
propiedad una nueva casa y la instaló con comodidad y elegancia europeas.
Cuando tomamos en la tarde el té en la agradable sala, mi anfitrión y colega me
dio la grata noticia de que podría disponer al día siguiente de un par de
caballos. Me acompañó personalmente hasta el puente que, con su gran arco,
atraviesa el Pachachaca. Apenas se ha pasado este puente, el camino asciende en
zigzag por la vertiente izquierda del valle, poblada de ralos grupos de árboles
pati y cactáceas. La vista sobre el valle de Abancay es alegre y amena,
mientras que en el valle del Pachachaca el paisaje adquiere un carácter salvaje
y grandioso, pues allí desaparece el río en un estrecho cañón de manera
semejante como el Apurímac, más abajo del puente.”
Sobre la propiedad de la hacienda
San Gabriel de Nimamarca por parte de la familia Zereceda y Letona, Guillermo
Viladegut Ferrufino,[5] apegándose a la información
de los Registros Públicos, nos hace la siguiente reseña:
“El año de 1891 la señora Esther María Cristina de
las Mercedes Zereceda practica una división de los bienes, adjudicándole a su
hijo político, Bartolomé Aráoz, la finca San Gabriel de Dinamarca. El 2 de Mayo
de 1891 don Bartolomé Aráoz, vende el fundo a don Lázaro Letona en el precio de
S/. 140,232.40, con una extensión superficial 6,000 hectáreas, siendo sus
linderos por el oriente con las tierras de Rontoqocha y Caipe, por el occidente
con el río Pachachaka, por el sur la quebrada de Sawinto, y por el norte con
las quebradas y ríos de Waqrakucho y Mariño.
El 19 de enero de 1904, los hermanos José Aurelio
Antonio y Esther María Cristina de las Mercedes Letona son dueños de acuerdo al
testamento que hizo don Lázaro Letona el 15 de Enero de 1897.”
“La hacienda
Illanya tiene sus orígenes en los comienzos del Siglo XVII, Fue su primera
propietaria Doña Isabel Junco y Estrada,
quien dejó en herencia al Convento de Santa Catalina de Abancay, por Escritura
Pública del 18 de noviembre de 1,760.
El monasterio
de Santa Catalina dio en venta la hacienda cañaveral de Illanya al Coronel
Isidoro Guisado por tres vidas civiles, por Escritura Pública del 18 de marzo
de 1,939, con una superficie de 6,356 hectáreas. El monasterio no cumplió con
la contrata de compra venta. El Coronel Isidoro Guisado, recuperó la hacienda y
la vendió a la “Sociedad Lázaro Letona e Hijos” compuesta por doña María Esther
Letona de Díaz Bárcenas y José Letona; pagaron la suma de S/. 110.00 en varias
cuentas; la hacienda fue hipotecada en muchas oportunidades.
Para los
efectos de la Ley 6648 del 14 de
diciembre de 1929, se hizo levantar los planos, siendo aprobado por el
Ministerio de Agricultura, y declarando con
7424 hectáreas, descompuesta de la siguiente manera: 120 hectáreas,
carreteras, caminos y quebradas, 590 hectáreas de pastales, 2114 hectáreas de
bosques de huarango para leña, 37 hectáreas de bosques y pastales, Fecha 18 de
Julio de 1,931.”
Igual como lo hiciera su madre, Esther María Cristina de las Mercedes
Letona Zereceda, más conocida en el vecindario abanquino como doña María Letona,
en unos de sus viajes a Europa conoció y se casó con el ciudadano venezolano José
Díaz Bárcena (no Bárcenas). Guillermo Viladegut refiere ese romance y
matrimonio así:
“José Díaz
Bárcenas, fue un ciudadano venezolano que conoció a María Esther Letona en un
barco rumbo a Europa, donde esta dama de gustos refinados realizaba viajes
anuales para vacacionar, comprar ropa, locería, etc. Casándose luego con la
heredera y dueña de la prospera hacienda de Illanya.
Las
autoridades de entonces cambian de nombre a esta calle cuando el señor aún
estaba vivo, el único mérito que hizo fue de un aporte económico para la
remodelación de esta calle.”
Escrudiñando la memoria de
mi infancia, recuerdo que sobre este Díaz Bárcena, los abanquinos que vivieron
en la mitad de siglo pasado, solían decir, por su puesto dentro del imaginario colectivo, que era un pobre animador de circo y
un caza fortunas, que tuvo la suerte de “atrapar” a una rica hacendada, y que
vivió su vida como un braguetero[7] que
se daba el lujo de organizar lujosas fiestas y banquetes, peleas de gallos, carrera de galgos, concursos de
tiro e interminables jornadas de poker[8] y
rocambor,[9]
donde los hacendados se jugaban sus haciendas y hasta sus queridas (amantes).
José Díaz Bárcena y su esposa María Letona |
En los “Paisajes Peruanos”[10]
de José de la Riva Agüero, escrito como resultado del viaje que hiciera, en
1912, a caballo y mula desde el Cusco a Huancayo, convirtiéndose así en uno de
los primeros peruanos que viajó por el territorio nacional y que escribió un
relato de viajes. A su paso por la hacienda Illanya de propiedad de los Letona, advirtió:
“En
la mañana del 7 de Junio salí de Abancay. La niebla en la madrugada había
cubierto el valle; y al alborear, la desgarró el sol en girones que aun
colgaban desde las cimas hasta las medias laderas. Bajé por muy amenos campos a
las haciendas de Letona; y me detuve breves minutos en una de ellas, Illanya.
En el patio, las cañas cortadas, de pálido rubio, formaban un pavimento
brillante.”
Más adelante,
en 1972, ya en propiedad de don José
Cirilo Trelles Pérez y señora, la hacienda Illanya fue expropiada por el Decreto Ley Nº 17716, Ley del Proceso de Reforma Agraria, conjuntamente con la hacienda Pachachaca, bajo el
nombre de Illanya-Pachachaca, mediante Decreto Supremo Nº 091-72-AG, del 03 de
febrero de 1972, que aprobó el Plano Definitivo de Afectación del predio
rústico ILLANYA-PACHACHACA y anexo CARMEN, con una superficie de 8,576
hectáreas con 4,500 metros cuadrados, la misma que fuera adjudicada a la
ex-Cooperativa Agraria de Producción “Illanya-Pachachaca” Limitada Nº 022-VII,
mediante Resolución Directoral Nº 0652-75-DGRA/AR, del 14 de marzo de 1,975, a
mérito de la cual se extendió el Contrato de Compra-Venta Nº 980/75, del 31 de
marzo de 1975.
Posteriormente, mediante Resolución Directoral Nº 233-83-DGRA/AR, del 08 de abril de 1983, se rescindió parcialmente el aludido Contrato de Compra-venta, excluyéndose del mismo la superficie de 877 hectáreas con 2,400 metros cuadrados, de tierras bajo riego a cargo del proyecto “Canal Mariño”, para ser adjudicado al título de propiedad privada a las familias de los campesinos parceleros y posesionarios de estas tierras.
Posteriormente, mediante Resolución Directoral Nº 233-83-DGRA/AR, del 08 de abril de 1983, se rescindió parcialmente el aludido Contrato de Compra-venta, excluyéndose del mismo la superficie de 877 hectáreas con 2,400 metros cuadrados, de tierras bajo riego a cargo del proyecto “Canal Mariño”, para ser adjudicado al título de propiedad privada a las familias de los campesinos parceleros y posesionarios de estas tierras.
Las demás tierras situadas al norte de estas haciendas, integrada por los sectores de Trujipata, Ccacsa, Karkatera, Minune, Callamarca, Ccelluyacu y otros se adjudicó al Comunidad Campesina “Juan Velasco Alvarado”, reconocida oficialmente mediante Resolución Directoral N° 145-85-DR-XIX-A, del 24 de diciembre de 1985, en una extensión de 7,699.21 hectáreas.
También se adjudicaron tierras a varios centros educativos. La casa hacienda construida por Lázaro Letona fue transferida al Instituto Nacional de Cultura de Apurímac, la misma que fue declarada como Patrimonio Arquitectónico de la Nación y puesta en valor, donde funciona su sede institucional y el Museo Arqueológico y Antropológico de Apurímac.
También se adjudicaron tierras a varios centros educativos. La casa hacienda construida por Lázaro Letona fue transferida al Instituto Nacional de Cultura de Apurímac, la misma que fue declarada como Patrimonio Arquitectónico de la Nación y puesta en valor, donde funciona su sede institucional y el Museo Arqueológico y Antropológico de Apurímac.
CRÉDITO: Fotos antiguas cortesía de David Larrea Arenas
[1] EL SALVADOR, oficialmente
República de El Salvador, es un país soberano de América Central ubicado en el
litoral del océano Pacífico con una extensión territorial de 21 041 km².4 En
el año 2015 contaba con una población estimada en 7 329 015 habitantes, siendo
el país más densamente poblado del continente americano, sin incluir algunas
islas en el Mar Caribe. Su clima es cálido tropical pero debido al contraste
geográfico el clima puede variar. El Salvador limita con Guatemala al oeste y
con Honduras al norte y al este, al sureste el golfo de Fonseca lo separa de
Nicaragua, y flanqueado al sur por el océano Pacífico. Su territorio está
organizado en 14 departamentos, 39 distritos y 262 municipios.10 La ciudad de
San Salvador es la capital del país; su área metropolitana incluye 14
municipalidades cercanas, y concentra la actividad política y económica de la
república. Las ciudades de Santa Ana y San Miguel son otros centros importantes
del país.
[2] REVISTA MÉDICO QUIRÚRGICA de
la Asociación Médica-Bonarense. Tomo Noveno. Imprenta de Pablo E. Coni. Calle
del Perú, 107. 1872. Buenos Aires -
Argentina.
[3] Ernst W. Middendorf (n. Keilhau, Turingia, 31 de diciembre de 1830
- m. Colombo, Ceilán, 6 de febrero de 1908) fue un médico, antropólogo y
viajero alemán, que radicó varios años en Perú. Entre 1885 y 1888 se dedicó a
viajar por Perú y Bolivia haciendo estudios y recopilando datos sobre su
geografía, historia y cultura, que luego plasmó en obras extensas que escribió
en Alemania. Es considerado como uno de los precursores de la arqueología
científica del Perú; entre otros trabajos hizo una temprana descripción del
sitio arqueológico de Chavín de Huántar, un estudio y traducción del drama
Ollantay, así como estudios lingüísticos del moche y el quechua. En memoria
suya el museo de sitio ubicado en el interior del zoológico «Parque de las
Leyendas» del distrito de San Miguel, Lima, Perú, lleva su nombre.
[4]MIDDENDORF, Ernst Wilhelm "Perú. Beobachtungen und Studien
ueber das Land und seine Bewoher waehrend eines 25 jaehrigen Aufentals"
(PERÚ: Observaciones y estudios del país y sus habitantes durante una permanencia
de 25 años)
[5] VILADEGUT FERRUFINO, Guillermo. Alma y rostro de Abancay –
Monografía Social e Histórica. Papelería e Imprenta IRAL. Abancay. 1997
[6] VILADEGUT FERRUFINO, Guillermo. (Ob. Cit) Pag. 137
[7] Braguetero.- Adjetivo/nombre masculino COLOQUIAL DESPECTIVO•AMÉRICA
[hombre] Que se casa con una mujer rica y de alta posición social siendo él
pobre o de recursos económicos notablemente menores. Sinónimo:casadotes
[8] El póquer (o póker) es un
juego de apuestas, en el que los jugadores, con todas o parte de sus cartas
ocultas, hacen apuestas sobre una puja inicial, recayendo la suma total de las
apuestas en el jugador o jugadores con la mejor combinación de cartas.
[9] El rocambor (denominado
también tresillo ) es un juego de cartas, muy habitual en España durante el
siglo XIX. Es considerado una evolución del juego de naipes denominado El
Hombre.1 Emplea de forma exclusiva baraja española de cuarenta cartas.2 En
cada partida un jugador ("el jugador" se enfrenta a los otros dos que
se dice "van a la contra". Uno de ellos es "primero" y el
otro se denomina "indiferente". El jugador gana si consigue más bazas
que cualquiera de sus oponentes y pierde en caso contrario: "puesta"
si empata a bazas o "codillo" si consigue menos bazas que cualquiera
de sus oponentes. Es habitual que el número de jugadores sea de cuatro (en
algunas ocasiones se admite tres),1 siendo en cada turno sólo tres los que
efectúan el lance del juego. El cuarto reparte las cartas, es por esta razón
por la que se denomina alcalde o zángano.
[10] DE LA RIVA AGÜERO, José. Paisajes peruanos.