Bueno, como
les tengo ofrecido les presento en décima octava entrada mi ebook: SAYWITE: UN
HITO EN EL ANDE, solo espero que le ofrezcan vuestro interés, sin olvidar de
poner un “ME GUSTA”, pero sobretodo
“COMPARTIR” y “COMENTAR”.
Para despedir este trabajo he decidido
culminarlo con un aporte mío, que ahora les dejo.
Ciro
V. Palomino Dongo
Abanquino, abogado, especializado
en derecho agrario y Comunidades Campesinas. Se califica simplemente como un animador cultural interesado en los temas históricos, sociales,
políticos y jurídicos apurimeños, los mismos que se encuentran subidos en http://es.slideshare.net/kolkaqui
y en https://es.scribd.com/user/5841641/CIRO-VICTOR-PALOMINO-DONGO.
Publica además un blog sobre COMUNIDADES
CAMPESINAS DE APURÍMAC en http://comucamapu.blogspot.pe/ y un
blog sobre la historia de Abancay, edición corregida y aumentada de su libro: “ABANCAY: ALEGRE Y HOSPITALARIA” en: http://aucapanamayo.blogspot.pe/.
EL SITIO DE SAYWITE Y EL PAISAJE
Lleno de
fundamentos conceptuales, teóricos, metodológicos, los estudiosos y especialistas nos están presentando varios aspectos del paisaje: ambiental, ecológico,
geográfico, cultural, físico, económico, y hay quienes hasta nos hablan del
paisaje como un bien jurídico tutelado por el Estado y por tanto un bien
público.
Pero, ¿qué es
el paisaje? Aunque no hay una definición específica, podemos señalar que un
paisaje es la percepción inteligible del entorno que nos rodea y que nos
permite interpretar sus características, su calidad, su estado de conservación,
su identidad y que por eso nos son fácilmente reconocible, y también porque de
inmediato y en forma natural nos invitan a valorarlo como un todo, ya sea como
una expresión estética, histórica, cultural, social, mística, etc. En otras
palabras, los paisajes son aquellos espacios que se conciben. “…como una realidad cuyos elementos están
dispuestos de manera tal que subsisten desde el todo, y el todo, subsiste desde
los elementos, no como objetos caóticamente mezclados, sino como conexiones
armónicas de estructura y función”.
¿Cuántos tipos
de paisajes existen? Sin entrar en detalles podemos señalar dos:
a)
El
paisaje natural, es aquel que se conserva en su estado primordial, sin la
intervención de la mano del hombre, salvo en algunos detalles. Son territorios
despoblados como las zonas polares, las cimas de las montañas, las selvas
vírgenes, etc.
b) Paisaje cultural, es aquel que fue modelado a lo largo del tiempo por un grupo cultural, a partir de un paisaje natural. En la formación de este tipo de paisaje, la cultura es la fuerza y el paisaje natural es el medio que proporciona los elementos materiales con los cuales el paisaje cultural ha de ser formado como un objeto material y concreto para ser percibido por medio de los sentidos.
A partir de estos conceptos podemos señalar que los paisajes que nos ofrece el sitio Saywite están ubicado geográficamente a 13º 32’ 50” Latitud Sur y a 72º 48’ 1” Longitud Oeste de la Región Natural de la Sierra Sur Oriental del Perú y a una altura que oscila entre 3,122 a 3,920 msnm.
Según el sistema de Holdridge,[1] el complejo arqueológico y sus inmediaciones se encuentra en la Zona de Vida[2] denominada: Bosque Húmedo Montano Subtropical (bh-MS), que se ubica en las partes altas de los Andes, entre 3,000 y 4,000 msnm. El clima es húmedo Templado Frío, presentando una temperatura media anual entre 12º C y 6º C cuando se ubica sobre el bosque seco - Montano Bajo, y entre 9º C y 6º C cuando se ubica por encima de la estepa – Montano. Su precipitación pluvial total promedio anual se encuentra entre 600 y 750 milímetros.
Su relieve es predominantemente empinado. Está conformado en su parte superior por laderas que enmarcan los valles, haciéndose un poco más suave en el límite con las zonas de páramo.
La vegetación natural prácticamente no existe, pues ha sido reemplazada por cultivos. Especies de los géneros, Berberis, Baccharis Dunalia conforman pequeños relictos vegetales heterogéneos, aunque también es posible observar bosques residuales de chachacomos y de queuñas. En zonas desboscadas aparecen el sauco (Sambucus peruviana), mutuy (Senna birostris) y Senna multiglandulosa cerca de las viviendas de sus habitantes. El tarwi (Lupinus sp.) es una especie indicadora de esta Zona de Vida.
Gran parte de ella, especialmente en la franja entre 3500 y 4000 msnm, llamada pradera o subpáramo está cubierta por pasturas naturales altoandinas de gran potencial para el sostenimiento de una ganadería extensiva con base en camélidos sudamericanos. En las partes altas dominan estepas de gramíneas constituidas por Stipa y Calamagrostis.
En
esta Zona de Vida se encuentran la Comunidad Campesina de Saywite - Suyuccacca
con un territorio de 1,274.26 hectáreas, la Comunidad Campesina de Concacha con
un territorio de 356.54 hectáreas y el
anexo de Ccecceray de la Comunidad Campesina Luis de la Puente Uceda con
aproximadamente 800 hectáreas.
Comunidades Campesinas de Saywite - Suyuccacca, Concacha y el Anexo de Ccecceray de la Comunidad Campesina "Luis de la Puente Uceda |
Para que el
viajero que llega de la ciudad de Abancay, pueda asumir la grandeza del paisaje
que envuelve este lugar, le conviene hacer una caminata de unos 500 metros
desde el ramal de la carretera a Cachora, para contemplar la imponente
cordillera de Vilcabamba, que es un sistema montañoso que se extiende por más
de 260 kilómetros y que alimenta al rio Urubamba que en esta parte se llama el
Alto Urubamba, y al Apurímac que durante gran parte de sus 700 kilómetros de
recorrido, su enérgico caudal fluye a través de estrechas y profundas grietas,
entre los que destaca el cañón del Apurímac como uno de los más bellos e
imponentes del mundo.
A lo largo de
su recorrido muestra 18 picos de más de 5000 msnm. encontrándose entre ellos el
nevado "Padreyoc" (5771 msnm) que es el glacial que se contempla
desde la plaza de armas de Cachora y el Ampay (5235 msnm), el "Apu"
de Abancay, y los nevados Salkantay y el Pumasillo con más de 6,000 metros de
altura, por lo cual en tiempos de la colonia los españoles la llamaron “Sierra
nevada”. En las estribaciones de esta cordillera prosperan la flora y la fauna
silvestre propias de la vertiente oriental de los Andes, y en sus punas crecen
grandes pajonales. Todos estos elementos en conjunto y por separado, sumados a
los cientos de poblados y caseríos serranos que los habitan y transforman, nos
ofrecen magníficos paisajes, unos naturales y los más culturales.
Cordillera de Vilcabamba o "Sierra Nevada" en tiempos de la colonia. Vista parcial desde el abra de Socllaccasa. |
En
las estribaciones de esta cordillera o al pie de sus nevados se han creado
Áreas Naturales Protegidas por el Estado – ANPE[3]
como el Santuario Histórico de Machupicchu de una extensión de 32,592.00
hectáreas, el Santuario Nacional de Ampay con una extensión de 3,635.50 hectáreas y más recientemente el Área de
Conservación Regional de Choquequirao con una extensión de 103,814.39
hectáreas.
Santuario Histórico de Machupicchu |
Área de Conservación Regional Choquequirao |
Santuario Nacional de Ampay |
Volviendo a
Saywite y tomando en cuenta la población comunera que actualmente la habita,
podemos decir que nos encontramos frente a un paisaje cultural que se ha venido
construyendo desde finales del siglo XIV y comienzos del XV, gracias a que este lugar albergó una gran población
indígena poseedora de las más altas innovaciones agrarias de la época y
gobernada por una élite de curacas y sacerdotes, que alcanzando significativos
excedentes de producción, les permitió disponer de una mano de obra suficiente
para emprender la construcción de hasta tres estructuras piramidales
rectangulares truncas, una para la glorificación del monolito, otra para el
santuario ritual de la huaca de Saywite y una más abajo para el usnu que en lo
alto de su plataforma se ofrecía y libaba la chicha sacramental y por un
pequeño túnel se entregaba a la pachamama las ofrendas de los cultivos, así
como la sangre y cuerpo del sacrificio de las llamas con los cuales sus
antiguos habitantes agradecían a sus dioses por un año más de fructíferas
cosechas y por la multiplicación de sus crianzas.
Junto a la
natural curiosidad y la fijación de las interrogantes que instalan en nuestras
mentes el monolito, el santuario de la huaca, las fuentes rituales y su
escalinata, los bloques líticos de Rumihuasi, el “Intihuatana” y el usnu,
disfrutaremos de las imponentes vistas que nos ofrece el conjunto arqueológico
construido a base de piedra y respetando el relieve de la ladera, con la
sencillez, solidez y la monumentalidad que caracteriza a la arquitectura inca,
y sumado a todo esto la bucólica campiña que la rodea, los alegres centros
poblados comunales que alberga y las centenarias chacras que nos muestran, casi
sin ninguna tecnología moderna, la ancestral agricultura orgánica andina de sus
comuneros.
Como si
dejando atrás lo cotidiano, atravesáramos una puerta mágica, la visualización
de todo este conjunto nos aporta imágenes positivas y agradables que nos
permiten adentrarnos en un mundo que sin darnos cuenta, ya lo teníamos
instalado en nuestra mente como una remota reminiscencia, pero no como un mundo
personal, sino como un sitio común para todos los que visitan este y otros
lugares, y quizá sea que por asimilar muy profundamente estas visualizaciones,
ellas nos obsequian el prodigio de la mansa relajación que nos envuelve y que se
traducen en una verificable calma y alegría.
Y talvez sea
por eso que algunos visitantes han tomado este sitio de religiosidad andina, de
simple y serena belleza, para que tal y como lo hicieron sus antiguos
peregrinos, sumergirse en una potente contemplación que les permite aumentar su
percepción de la realidad, y así de un modo muy especial, observar su
conciencia y sus estados de ánimo para reflexionar sobre ellos, y luego sin
dogmas extenderse hacia lo sagrado, y a su retorno, lograr transitar con sus
próximos hacia una cultura de entendimiento y de paz.
[1] El
sistema de zonas de vida Holdridge (en inglés, Holdridge life zones system) es
un esquema para la clasificación de las diferentes áreas terrestres según su
comportamiento global bioclimático. Fue desarrollado por el botánico y
climatólogo estadounidense Leslie Holdridge (1907-99) y fue publicado por vez
primera en 1947 (con el título de Determination of World Plant Formations from
Simple Climatic Data) y posteriormente actualizado en 1971 (Life Zone Ecology).
[2] Una
zona de vida es una región biogeográfica que está delimitada por parámetros
climáticos como la temperatura y precipitaciones, por lo que se presume que dos
zonas de clima similar, desarrollarían formas de vida similares.
[3] Son
los espacios continentales y/o marinos del territorio nacional, expresamente
reconocidos y declarados como tales, incluyendo sus categorías y
zonificaciones, para conservar la diversidad biológica y demás valores
asociados de interés cultural, paisajístico y científico, así como por su
contribución al desarrollo sostenible del país. Las Áreas Naturales Protegidas
constituyen patrimonio de la Nación. Su condición natural debe ser mantenida a
perpetuidad pudiendo permitirse el uso regulado del área y el aprovechamiento
de recursos, o determinarse la restricción de los usos directos.