EL LIBRO DEL CABILDO DE LA CIUDAD DEL CUZCO
Para saber en qué año y durante qué gestión se construyó el puente sobre el río Abancay (Pachachaca), debemos acudir al “Libro del Cabildo de la Ciudad del Cuzco”[1]
que publicó Laura Gonzáles con motivo del IV Centenario de la promulgación de
las Leyes de Indias, y que contiene las sesiones de ese
Cabildo, que comenzaron el día 02 de enero de 1559 y terminaron a fines del año
1560.
Quienes eran los miembros
del ese Cabildo[2]
La presentación de ese gran esfuerzo de
investigación documental, nos señala quiénes fueron los miembros de aquel Cabildo
durante el bienio 1559-1560:
“Los
miembros del ayuntamiento fueron: el licenciado Polo de Ondegardo,[3]
corregidor;[4]
Diego de los Ríos, Pedro López de Cazalla; Rodrigo de Esquivel, Jerónimo
Costilla, Diego Ortiz de Guzmán, Juan de Salas, Diego de Trujillo, Juan de Berrio,
Lope de Zuazo, Antonio de Quiñones, Martín Hurtado de Arbieto, Juan Alvarez
Maldonado, y Sebastián de Cazalla, regidores y alcaldes. Como lengua e
intérprete de los indios el cabildo utilizaba a Hernando de Morales. Todas las
Actas van refrendadas por el escribano Sancho de Orúe, y, en ausencia de éste,
por Juan López de Izturizaga.”[5]
Juan Polo de Ondegardo y Zárate |
El Cabildo de la ciudad de
Cusco acuerda solicitar la construcción de tres puentes.
El día 10 de julio de 1559, “…los
muy magníficos señores cabildo, justicia e regimiento de esta ciudad”, acordaron solicitar al Virrey
del Perú, la construcción de tres puentes de piedra dentro de la Jurisdicción
del Corregimiento del Cusco; uno sobre el río Abancay, otro sobre el río
Bermejo en el distrito de Limatambo de la provincia de Anta en Cusco y otro
sobre el río Apurímac:
“Este día se trató entre sus mercedes que
por cuanto, como es notorio, los indios y naturales de esta provincia reciben
gran trabajo y daño en andar mucha parte del año ocupados en hacer las puentes
del camino real, las cuales como son de crizneja y los que pasan por ellas son
muchos y las mercaderías y ganados y bastimentos que vienen a esta ciudad y
pasan para adelante pacan todas las dichas puentes y las rompen y desbaratan
cada día, y como los indios comarcanos han de acudir por fuerza a hacerles,
reciben gran agravio y pierden de hacer sus sementeras por ser tan continuo el
trabajo, y, dado caso que antiguamente los dichos indios hacían las dichas
puentes y lo han tenido de costumbre hasta ahora, no padecían antes tanto
trabajo como al presente, porque no pasaban recuas ni ganados ni en tanta
cantidad gentes y mercaderías como ahora. Y, considerado esto, y que se podría
excusar con que de una vez se hiciese y que de una vez pasasen el trabajo los
dichos indios, y seria poco, atento a que la piedra y leña está junto y que hay
lugares y sitios convenientes, así en Apurima como en Abancay y Riobermejo,
atento que considerada la utilidad de las puentes Su Excelencia ha dado
licencia y ha mandado hacer las puentes en la ciudad de Los Reyes y Charcas y
Huamanga, que se pida y suplique hacer las dichas tres puentes y para que para
el dicho efecto se pueda echar derrama y sisa y otras cosas convenientes, como
lo ordenare este cabildo, teniendo cuenta y razón y libro y caja para ello, y
que para que a Su Excelencia le conste de la necesidad e utilidad, que se tomen
seis testigos, personas de autoridad y creencia de esta ciudad y se envíe todo
junto a Su Excelencia, suplicándole haga esta merced bastantemente.”
Cabildo del Cusco |
Sobre este río Bermejo resulta pertinente
señalar que Vasco de Contreras y Valverde, en el Boletín de la Sociedad Geográfica de Lima de 1904, nos refiere lo siguiente:
“….Siete
leguas de ella por el camino de Lima se pasa el Río Bermejo que lo es por los
bárrales que tiñen sus aguas. Este fertiliza algunas “chácaras" de indios y españoles que
están en sus riberas (así llaman las haciendas de maíz y trigo los naturales de
este reyno); tiene por vecinos el Río Blanco que, juntándose ambos más abajo,
vienen á perder el nombre y las aguas en el soberbio rio de Apurímac”.
Y agrega;
Otros
muchos arroyos hay que en tiempo de seca lo parecen, pero en el de las aguas
son ríos peligrosos; como lo es el Rio Bermejo que atrás queda referido, pues
viniendo de avenida, corre tan horrible, que parece hace temblar los montes; y
la razón es porque de esta ciudad á la de Los Reyes el camino tira por cuestas
y serranías altísimas; muchas quebradas, cuyos arroyos no tienen nombre, con
las aguas del invierno se hacen ríos, como es el de Piucos, á quien ciñen dos
grandes repechos, y con las vertientes de aquellas sierras se hace río harto
provechoso, porque riega los cañaverales que hay en aquella quebrada".
¿Cómo se pagaron las obras
de los puentes sobre los ríos Abancay y Apurímac?
Contando con el mandato del rey de España y
del virrey en Lima para la construcción de los puentes sobre el río Abancay
(Pachachaca) y Apurímac, para los fines de su financiamiento, el día 21 de enero de 1560, los miembros del Cabildo
acordaron:
“Este día acordaron sus mercedes que por
cuanto por provisión y cédula de Su Majestad y del señor visorrey en su nombre,
se ha echado derrama[6]
sobre todas las mercaderías que entraren en esta ciudad para ayuda a pagar las
obras de los puentes de Abancay y Apurima y del camino del Collao, y de otras
partes, a las dichas mercaderías han echado su parte, y a la república de estadores,
para que inventariado, lo abaleen conforme, a como es ordenare y mandare, y el
que así no lo hiciere y cumpliere, incurra en pena de perder la décima parte de
todo lo que valiere toda la dicha mercadería, aplicando la mitad para la obra
del dicho puente y la otra mitad para el denunciador y juez que lo
sentenciare…”
De otra parte, para mejorar el financiamiento
de ambas obras se recurrió a los “repartos”, que consistía en la distribución
compulsiva de mercaderías de origen europeo o proveniente de otras subregiones
del virreinato que realizaban corregidores entre la población indígena y
mestiza de su jurisdicción, según consta en el acuerdo del día 16 de febrero de
1560, veamos:
Acerca de la inspección de
la obra
Las obras fueron permanente inspeccionadas,
según aparece del acuerdo del día 26 de febrero de 1560:
“Este
día cometieron a Pedro López Cazalla, regidor, que por cuanto el señor
corregidor va a entender a ver la obra de o puentes de Abancay y Apurima y
poner recaudo en lo que allí conviene”
El propio Licenciado Polo de Ondegardo, inspeccionó
las obras de los puentes de sobre río Apurímac y río Abancay, razón por la cual
el día 04 de marzo de 1560, encargaba los asuntos del cabildo del Cusco a don
Antonio de Quiñones, veamos:
“Este día el señor corregidor
licenciado Polo, dijo que por cuanto su merced se va al puente de Apurima y al
de Abancay, como está acordado, este cabildo para entender en visitar los
caminos y tambos y puentes y dar orden en lo que más conviene a la gobernación
de esta ciudad y justicia, por tanto, que el se parte mañana placiendo a Dios,
por tanto, que él en su lugar y en su nombre remite y deja todos los negocios
pendientes y por pender y comenzara Antonio de Quiñones, alcalde ordinario de
Su Majestad….”
El pago al cantero de la
obra
El día 19 de julio de 1560, se dictó
libramiento (orden de pago) a favor del cantero de la obra de Abancay:
“Este día se mandó dar libramiento
para el mayordomo, que pague doscientos pesos al cantero que hace la obra del
puente de Abancay, para cuenta de su salario.”
Mandato que se cumplió diez días después:
“Acórdose este día que se dé libramiento para
el mayordomo, que pague doscientos pesos Arizmendi, cantero, para cuenta de su
salario, y tenga cuenta con él de lo que ha de haber y lo que se le pagará.”
Se toman los servicios de
un médico
Ese mismo día, 29 de julio de 1560, acordaron
asalariar a Diego Fernández se desplace al valle de Abancay para atender la
salud de los indios que trabajaban en la obra:
“Este
día trataron y acordaron que por cuanto los señores corregidor y Sebastián de
Cazalla, regidor, concertaron con Diego Fernández que residiese en Abancay a
curar y procurar la salud de los indios que enfermaren y en la obra del puente
de Abancay, el cual lo ha hecho y hace bien y en gran provecho de los indios
que andan en la dicha obra, que se le dé libramiento para el mayordomo de la
ciudad, que le pague cincuenta pesos de presentes, por el un tercio que ha
corrido hasta ahora, que le señalaron ciento e cincuenta pesos por un año, y
aprobaron el concierto y mandaron que se le pagasen por sus tercios.”
Acuerdan contratar un
carpintero
El día 13 de setiembre de 1560, acordaron
contratar un carpintero para acelerar los trabajos de la cimbra[7]
del puente de Abancay, la misma que por tratarse de la construcción de un
puente de un solo arco volado y teniendo en cuenta la magnitud de la obra, ha
debido ser para la época un armatoste de dimensiones colosales:
“Este día acordaron que por que hay
necesidad que el puente de Abancay se haga a toda prisa porque viene el
invierno y la cimbra está por hacer, y porque los indios no estén allí en
invierno, que se tome un carpintero que le haga con toda presteza y que se le
den cincuenta pesos e hasta allí por su trabajo y se le paguen de la derrama.”
[1] GONZALES PUJAMA, Laura. El Libro del Cabildo de la Ciudad del
Cuzco”. Boletín del Instituto Riva Agüero. 1977-1981. PUCP. Lima. 1982.
[2] El cabildo – también llamado
ayuntamiento o consejo – era el representante legal de la ciudad o villa, el
órgano municipal por medio del cual los vecinos velaban por los problemas
judiciales, administrativos, económicos y militares del municipio. Su
estructura y composición fue semejante a la que tuvieron los cabildos de
España, pero sus atribuciones variaron y también su importancia política,
debido a las condiciones especiales que tuvo la sociedad colonial.
A partir de los primeros años de la
Conquista constituyeron un eficaz mecanismo de representación de las elites
locales frente a la burocracia real. Diversas disposiciones reales pretendieron
someterlas a la autoridad de los representantes del rey de España, pero la
lejanía con la metrópoli obligó a admitirles un alto grado de autarquía, al
menos hasta fines del siglo XVIII, cuando las reformas borbónicas avanzaron
sobre las atribuciones de los cabildos, principalmente por la creación de las
intendencias.
De otra parte, los cabildos americanos eran el órgano de poder local municipal, en el que confluían atribuciones de carácter judicial (capacidad
para conocer en primera instancia causas civiles o criminales), legislativo
(derecho a redactar normativas que rigiesen la convivencia vecina en temas de
seguridad ciudadana, sanidad, abastos, honorarios, aranceles, etc.), y
ejecutivo (pues tenían poder para hacer cumplir la ley y castigar los actos que atentasen
contra el orden y las las buenas costumbres); con una jurisdicción que abarcaba
la propia ciudad o villa y todos sus términos.
[3] Juan Polo de Ondegardo y Zarate. Jurista castellano, nació en
Valladolid – España en ¿1516-1519?. Realizó estudios de leyes en esa misma
ciudad y en la de Salamanca hasta 1544 fecha en que decidió establecerse en el
Perú hasta su muerte en 1575.
Fue partidario de los encomenderos sublevados, pero luego
se unió a las tropas realistas. Tras la caída de Gonzalo Pizarro en 1548,
obtuvo el título de Gobernador y Capitán General de Charcas con la misión de
proseguir la pacificación de la zona y recibió, como premio a sus servicios,
una importante Encomienda en el valle de Cochabamba y una veta de plata en
Potosí.
Entre
los diversos cargos que desempeñó en la administración, destaca el de
corregidor del Cuzco entre 1558 y 1560 por orden del marqués de Cañete. Después
de servir, durante algún tiempo, en la ciudad de los Reyes y en la Plata,
volvió a encargarse del gobierno cuzqueño bajo el decisivo mandato del Virrey
Francisco de Toledo.
[4] Corregidor, era un
funcionario real, instituido en Castilla por Enrique III en torno monarquía a
nivel local. Su función era gestionar el desarrollo económico y administrativo
de los municipios, presidir los ayuntamientos, dando validez a sus decisiones,
ser juez en primera o segunda instancia, etc. (Este pie de página es nuestro)
[5] Este Juan López de Izturizaga, fue quien compuso la Hacienda y
Estancia de San Miguel de Pachachaca, ante el Juez Visitador Nicolás Ruiz de
Estrada (Fundador de la Villa de los Reyes de Santiago de Abancay) en 1573.
Este pie de página es nuestro.
[6] Este pie de página es nuestro.
Derrama: contribuciones que
daban a la corona los súbditos cuando aquella se encontraba en guerra.
[7] La cimbra es una
estructura auxiliar que sirve para sostener provisionalmente el peso de un arco
o bóveda, así como de otras obras de cantería, durante la fase de construcción.
Suele ser una cercha de madera. Esta estructura, una vez montadas la dovela y
la clave se desmonta, en una operación denominada: descimbrado.