miércoles, 28 de junio de 2017

PUENTE COLONIAL SOBRE EL RIO PACHACHACA (VI)

EL LIBRO DEL CABILDO DE LA CIUDAD DEL CUZCO

Para saber en qué año y durante qué gestión se construyó el puente sobre el río Abancay (Pachachaca), debemos acudir al “Libro del Cabildo de la Ciudad del Cuzco”[1] que publicó Laura Gonzáles con motivo del IV Centenario de la promulgación de las Leyes de  Indias, y que contiene las sesiones de ese Cabildo, que comenzaron el día 02 de enero de 1559 y terminaron a fines del año 1560.


Quienes eran los miembros del ese Cabildo[2]

La presentación de ese gran esfuerzo de investigación documental, nos señala quiénes fueron los miembros de aquel Cabildo durante el bienio 1559-1560:

     “Los miembros del ayuntamiento fueron: el licenciado Polo de Ondegardo,[3] corregidor;[4] Diego de los Ríos, Pedro López de Cazalla; Rodrigo de Esquivel, Jerónimo Costilla, Diego Ortiz de Guzmán, Juan de Salas, Diego de Trujillo, Juan de Berrio, Lope de Zuazo, Antonio de Quiñones, Martín Hurtado de Arbieto, Juan Alvarez Maldonado, y Sebastián de Cazalla, regidores y alcaldes. Como lengua e intérprete de los indios el cabildo utilizaba a Hernando de Morales. Todas las Actas van refrendadas por el escribano Sancho de Orúe, y, en ausencia de éste, por Juan López de Izturizaga.”[5]

Juan Polo de Ondegardo y Zárate

El Cabildo de la ciudad de Cusco acuerda solicitar la construcción de tres puentes.

El día 10 de julio de 1559, “…los muy magníficos señores cabildo, justicia e regimiento de esta ciudad”, acordaron solicitar al Virrey del Perú, la construcción de tres puentes de piedra dentro de la Jurisdicción del Corregimiento del Cusco; uno sobre el río Abancay, otro sobre el río Bermejo en el distrito de Limatambo de la provincia de Anta en Cusco y otro sobre el río Apurímac:

     “Este día se trató entre sus mercedes que por cuanto, como es notorio, los indios y naturales de esta provincia reciben gran trabajo y daño en andar mucha parte del año ocupados en hacer las puentes del camino real, las cuales como son de crizneja y los que pasan por ellas son muchos y las mercaderías y ganados y bastimentos que vienen a esta ciudad y pasan para adelante pacan todas las dichas puentes y las rompen y desbaratan cada día, y como los indios comarcanos han de acudir por fuerza a hacerles, reciben gran agravio y pierden de hacer sus sementeras por ser tan continuo el trabajo, y, dado caso que antiguamente los dichos indios hacían las dichas puentes y lo han tenido de costumbre hasta ahora, no padecían antes tanto trabajo como al presente, porque no pasaban recuas ni ganados ni en tanta cantidad gentes y mercaderías como ahora. Y, considerado esto, y que se podría excusar con que de una vez se hiciese y que de una vez pasasen el trabajo los dichos indios, y seria poco, atento a que la piedra y leña está junto y que hay lugares y sitios convenientes, así en Apurima como en Abancay y Riobermejo, atento que considerada la utilidad de las puentes Su Excelencia ha dado licencia y ha mandado hacer las puentes en la ciudad de Los Reyes y Charcas y Huamanga, que se pida y suplique hacer las dichas tres puentes y para que para el dicho efecto se pueda echar derrama y sisa y otras cosas convenientes, como lo ordenare este cabildo, teniendo cuenta y razón y libro y caja para ello, y que para que a Su Excelencia le conste de la necesidad e utilidad, que se tomen seis testigos, personas de autoridad y creencia de esta ciudad y se envíe todo junto a Su Excelencia, suplicándole haga esta merced bastantemente.”

Cabildo del Cusco
         Sobre este río Bermejo resulta pertinente señalar que Vasco de Contreras y Valverde, en el Boletín de la Sociedad Geográfica de Lima de 1904, nos refiere lo siguiente:

“….Siete leguas de ella por el camino de Lima se pasa el Río Bermejo que lo es por los bárrales que tiñen sus aguas. Este fertiliza algunas  “chácaras" de indios y españoles que están en sus riberas (así llaman las haciendas de maíz y trigo los naturales de este reyno); tiene por vecinos el Río Blanco que, juntándose ambos más abajo, vienen á perder el nombre y las aguas en el soberbio rio de Apurímac”.

Y agrega;

Otros muchos arroyos hay que en tiempo de seca lo parecen, pero en el de las aguas son ríos peligrosos; como lo es el Rio Bermejo que atrás queda referido, pues viniendo de avenida, corre tan horrible, que parece hace temblar los montes; y la razón es porque de esta ciudad á la de Los Reyes el camino tira por cuestas y serranías altísimas; muchas quebradas, cuyos arroyos no tienen nombre, con las aguas del invierno se hacen ríos, como es el de Piucos, á quien ciñen dos grandes repechos, y con las vertientes de aquellas sierras se hace río harto provechoso, porque riega los cañaverales que hay en aquella quebrada".

¿Cómo se pagaron las obras de los puentes sobre los ríos Abancay y Apurímac?

Contando con el mandato del rey de España y del virrey en Lima para la construcción de los puentes sobre el río Abancay (Pachachaca) y Apurímac, para los fines de su financiamiento, el día  21 de enero de 1560, los miembros del Cabildo acordaron:

     “Este día acordaron sus mercedes que por cuanto por provisión y cédula de Su Majestad y del señor visorrey en su nombre, se ha echado derrama[6] sobre todas las mercaderías que entraren en esta ciudad para ayuda a pagar las obras de los puentes de Abancay y Apurima y del camino del Collao, y de otras partes, a las dichas mercaderías han echado su parte, y a la república de estadores, para que inventariado, lo abaleen conforme, a como es ordenare y mandare, y el que así no lo hiciere y cumpliere, incurra en pena de perder la décima parte de todo lo que valiere toda la dicha mercadería, aplicando la mitad para la obra del dicho puente y la otra mitad para el denunciador y juez que lo sentenciare…”

De otra parte, para mejorar el financiamiento de ambas obras se recurrió a los “repartos”, que consistía en la distribución compulsiva de mercaderías de origen europeo o proveniente de otras subregiones del virreinato que realizaban corregidores entre la población indígena y mestiza de su jurisdicción, según consta en el acuerdo del día 16 de febrero de 1560, veamos:

   “Este día se dió comisión a Luis de Espinosa y a Francisco Pinto, mercaderes, y Anton Ramos y a Juanes de Licarazo, para que repartan cuatro mil pesos corrientes entre los que viven e habitan y residen en esta ciudad, y lo que de ellos repartieren se guarde y cobre, juraron de lo hacer bien y fielmente. Estos se repartieron con los demás para la obra de los puentes de Abancay y Apurima y los demás, por la licencia del señor visorrey, y lo firmaron.”

El puente Pachachaca y las haciendas abanquinas
Acerca de la inspección de la obra

Las obras fueron permanente inspeccionadas, según aparece del acuerdo del día 26 de febrero de 1560:

“Este día cometieron a Pedro López Cazalla, regidor, que por cuanto el señor corregidor va a entender a ver la obra de o puentes de Abancay y Apurima y poner recaudo en lo que allí conviene”

El propio Licenciado Polo de Ondegardo, inspeccionó las obras de los puentes de sobre río Apurímac y río Abancay, razón por la cual el día 04 de marzo de 1560, encargaba los asuntos del cabildo del Cusco a don Antonio de Quiñones, veamos:

            “Este día el señor corregidor licenciado Polo, dijo que por cuanto su merced se va al puente de Apurima y al de Abancay, como está acordado, este cabildo para entender en visitar los caminos y tambos y puentes y dar orden en lo que más conviene a la gobernación de esta ciudad y justicia, por tanto, que el se parte mañana placiendo a Dios, por tanto, que él en su lugar y en su nombre remite y deja todos los negocios pendientes y por pender y comenzara Antonio de Quiñones, alcalde ordinario de Su Majestad….”

El pago al cantero de la obra

El día 19 de julio de 1560, se dictó libramiento (orden de pago) a favor del cantero de la obra de Abancay:

      “Este día se mandó dar libramiento para el mayordomo, que pague doscientos pesos al cantero que hace la obra del puente de Abancay, para cuenta de su salario.”

Mandato que se cumplió diez días después:

 “Acórdose este día que se dé libramiento para el mayordomo, que pague doscientos pesos Arizmendi, cantero, para cuenta de su salario, y tenga cuenta con él de lo que ha de haber y lo que se le pagará.”

Se toman los servicios de un médico

Ese mismo día, 29 de julio de 1560, acordaron asalariar a Diego Fernández se desplace al valle de Abancay para atender la salud de los indios que trabajaban en la obra:

“Este día trataron y acordaron que por cuanto los señores corregidor y Sebastián de Cazalla, regidor, concertaron con Diego Fernández que residiese en Abancay a curar y procurar la salud de los indios que enfermaren y en la obra del puente de Abancay, el cual lo ha hecho y hace bien y en gran provecho de los indios que andan en la dicha obra, que se le dé libramiento para el mayordomo de la ciudad, que le pague cincuenta pesos de presentes, por el un tercio que ha corrido hasta ahora, que le señalaron ciento e cincuenta pesos por un año, y aprobaron el concierto y mandaron que se le pagasen por sus tercios.”

Acuerdan contratar un carpintero

El día 13 de setiembre de 1560, acordaron contratar un carpintero para acelerar los trabajos de la cimbra[7] del puente de Abancay, la misma que por tratarse de la construcción de un puente de un solo arco volado y teniendo en cuenta la magnitud de la obra, ha debido ser para la época un armatoste de dimensiones colosales:
      
      “Este día acordaron que por que hay necesidad que el puente de Abancay se haga a toda prisa porque viene el invierno y la cimbra está por hacer, y porque los indios no estén allí en invierno, que se tome un carpintero que le haga con toda presteza y que se le den cincuenta pesos e hasta allí por su trabajo y se le paguen de la derrama.”






[1] GONZALES PUJAMA, Laura. El Libro del Cabildo de la Ciudad del Cuzco”. Boletín del Instituto Riva Agüero. 1977-1981. PUCP. Lima. 1982.
[2] El cabildo – también llamado ayuntamiento o consejo – era el representante legal de la ciudad o villa, el órgano municipal por medio del cual los vecinos velaban por los problemas judiciales, administrativos, económicos y militares del municipio. Su estructura y composición fue semejante a la que tuvieron los cabildos de España, pero sus atribuciones variaron y también su importancia política, debido a las condiciones especiales que tuvo la sociedad colonial.
     A partir de los primeros años de la Conquista constituyeron un eficaz mecanismo de representación de las elites locales frente a la burocracia real. Diversas disposiciones reales pretendieron someterlas a la autoridad de los representantes del rey de España, pero la lejanía con la metrópoli obligó a admitirles un alto grado de autarquía, al menos hasta fines del siglo XVIII, cuando las reformas borbónicas avanzaron sobre las atribuciones de los cabildos, principalmente por la creación de las intendencias.
De otra parte, los cabildos americanos eran el órgano de poder local municipal, en el que confluían atribuciones de carácter judicial (capacidad para conocer en primera instancia causas civiles o criminales), legislativo (derecho a redactar normativas que rigiesen la convivencia vecina en temas de seguridad ciudadana, sanidad, abastos, honorarios, aranceles, etc.), y ejecutivo (pues tenían poder para hacer cumplir la ley y castigar los actos que atentasen contra el orden y las las buenas costumbres); con una jurisdicción que abarcaba la propia ciudad o villa y todos sus términos.
[3] Juan Polo de Ondegardo y Zarate. Jurista castellano, nació en Valladolid – España en ¿1516-1519?. Realizó estudios de leyes en esa misma ciudad y en la de Salamanca hasta 1544 fecha en que decidió establecerse en el Perú hasta su muerte en 1575.
Fue partidario de los encomenderos sublevados, pero luego se unió a las tropas realistas. Tras la caída de Gonzalo Pizarro en 1548, obtuvo el título de Gobernador y Capitán General de Charcas con la misión de proseguir la pacificación de la zona y recibió, como premio a sus servicios, una importante Encomienda en el valle de Cochabamba y una veta de plata en Potosí.
Entre los diversos cargos que desempeñó en la administración, destaca el de corregidor del Cuzco entre 1558 y 1560 por orden del marqués de Cañete. Después de servir, durante algún tiempo, en la ciudad de los Reyes y en la Plata, volvió a encargarse del gobierno cuzqueño bajo el decisivo mandato del Virrey Francisco de Toledo.
[4] Corregidor, era un funcionario real, instituido en Castilla por Enrique III en torno monarquía a nivel local. Su función era gestionar el desarrollo económico y administrativo de los municipios, presidir los ayuntamientos, dando validez a sus decisiones, ser juez en primera o segunda instancia, etc. (Este pie de página es nuestro)
[5] Este Juan López de Izturizaga, fue quien compuso la Hacienda y Estancia de San Miguel de Pachachaca, ante el Juez Visitador Nicolás Ruiz de Estrada (Fundador de la Villa de los Reyes de Santiago de Abancay) en 1573. Este pie de página es nuestro.
[6] Este pie de página es nuestro. Derrama: contribuciones que daban a la corona los súbditos cuando aquella se encontraba en guerra.
[7] La cimbra es una estructura auxiliar que sirve para sostener provisionalmente el peso de un arco o bóveda, así como de otras obras de cantería, durante la fase de construcción. Suele ser una cercha de madera. Esta estructura, una vez montadas la dovela y la clave se desmonta, en una operación denominada: descimbrado.

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